viernes, 9 de agosto de 2013

LA VIGOROSA CLASE MEDIA
 

EN LOS PEORES MOMENTOS de la crisis económica y social que afectó a nuestro país, agravada por la escalada terrorista que se prolongó por dos décadas, la clase media se convirtió en un segmento mayoritario, castigado y frustrado de nuestra población.
Los grupos de alto poder económico mantuvieron sus privilegios; en el peor de los casos, trasladaron sus capitales fuera del país, pero no sucumbieron.

Cierto es que los muy pobres cargaron con el mayor peso de esa infortunada etapa de nuestra historia; muchas poblaciones del interior fueron desplazadas y se desarraigaron de sus regiones porque tuvieron que huir del terror. Lo perdieron todo. El Estado tuvo que improvisar para ellas programas de socorro asistencial.

Pero nadie se acordó de la clase media. Los hijos tuvieron que abandonar los colegios privados; cuando terminaban secundaria, no podían asistir a una universidad pública, mucho menos a una privada.

Muchos jóvenes perdieron toda esperanza y otros optaron por huir del país en busca de las oportunidades que no encontraban en su propia tierra.

Hoy estamos reescribiendo nuestra historia. La economía peruana es líder mundial en crecimiento y ejemplo de disciplina macroeconómica con récord de inversiones y una efectiva inclusión social basada en la generación de empleo y apertura de oportunidades para los más pobres.

La otrora desamparada clase media no solo se ha multiplicado hasta constituir un segmento emergente de 39% de la población nacional, sino también ha abandonado su situación de pobreza y ha conquistado mejores estándares de vida.

Es más, la capacidad de consumo de dicho segmento social dinamiza la economía y se ha convertido en una de las fortalezas para hacer frente al reto de seguir creciendo en un contexto de crisis financiera internacional que proviene de los países desarrollados.

El más reciente estudio sobre esta histórica evolución, realizado por la consultora Arellano Marketing en 14 ciudades, incluyendo Lima, revela que además de la clase media tradicional (18% de la población) se consolida una nueva clase emergente que alcanzó el 39% mencionado, es decir, nueve millones de ciudadanos.

El informe detalla que los ingresos declarados por los encuestados son de alrededor de 1,850 nuevos soles, en tanto que los de la clase media tradicional llegan a 2,070 nuevos soles, lo cual indica que las diferencias se van acortando.

En un anterior estudio efectuado este año por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el Perú, la clase media consolidada creció de 25.9% a 48.9% en los últimos cinco años, y se refiere a una “clase media emergente” que está progresando al ritmo acelerado del crecimiento económico.

El BID advierte que un porcentaje de esa nueva clase media ha ganado en ingresos, empleo y una mejor calidad de vida, pero que aún afronta el peligro de volver a la pobreza si es que no se mantienen los parámetros positivos del proceso económico.

Agrega que los actuales referentes indican que el Perú liderará el crecimiento de la clase media en América Latina, al ser uno de los países con mayor desarrollo económico en la región.

El reporte de Arellano Marketing es más contundente y actualizado. Allí observamos que las altas tasas de crecimiento obtenidas por nuestro país han influido directamente en el progreso de la nueva clase media y, como ejemplo, refiere que el 51% de este sector tiene una vivienda propia y un 14% ha optado por comprar un vehículo.

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