El negocio de la ‘verdad’
Lope de Vega decía que “Si el público es necio, es justo hablarle en necio para darle gusto”. Súmese la sentencia de Pocho Rospigliosi, aquella que pregonaba: “Hay que darle a la gente lo que a la gente le gusta”. En España, el periodismo masivamente velaba por la moral y la ética, incluso después de la dictadura franquista; así, competían con curas y canallas. Hoy, no estamos lejos de esos asertos miserables. Aquello que se llamó el “Cuarto poder” es ahora el poder de cuarta. Hablo de la institución, de la profesión, de los que construyen las agendas mediáticas, de esos que en la mañana nos infectan el desayuno con bazofia y sangre en la televisión.
La deontología en los hombres de prensa es una quimera. Revísese los Principios Rectores del Grupo El Comercio (el Nro. 19): El negocio. http://a.elcomercio.pe/Estaticas/principios-rectores/principiosr_19.html Dice así: Los periodistas del Grupo El Comercio no pueden estar ajenos a los aspectos del negocio que permite que el medio se difunda y que la empresa tenga éxito. Luego señala en el inciso i: “Como señala la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), dentro de las exigencias para que un medio informativo se mantenga independiente está la de ser rentable”. Y ahora lo digo. Recuerdo que corría el 2003 y en el equipo que nos asesoraba Alex Grijelmo, incluimos esta verdad. No me arrepiento. Yo trabajé como periodista en El Comercio. Hice el libro de estilo. No me arrepiento. Un día se dieron cuenta que era libre. Por eso me botaron.
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