miércoles, 14 de agosto de 2013

DEMOCRACIA EN ALERTA.
 

La democracia tiene desafíos permanentes que vencer. Desde las crisis económicas y sociales hasta los intentos desestabilizadores que pueden aparecer de manera súbita.
 
La gestión del Estado y del sistema institucional debe tener en consideración, de manera permanente, la evolución de los instrumentos y mecanismos destinados a lograr la consolidación y legitimidad democrática. Los procesos, antes que las reacciones impulsivas, tienen importancia esencial.
 
Los intentos destinados a introducir la violencia como mecanismo de protesta tienen como propósito socavar al régimen de libertades ciudadanas y, además, afectar la confianza de los agentes económicos y sociales.
 
Existen otras amenazas, que se sustentan en trasnochadas visiones del mundo y de las realidades políticas. Aparecen en forma sorpresiva y generan alguna alarma. La crisis económica es un caldo de cultivo para esas amenazas. Una de ellas acaba de producirse en España, cuyo régimen democrático está fuera de dudas. Un alto oficial del ejército en situación de reserva, el general Chicharro, afirmó que la patria es anterior y más importante que la democracia. Tal tesis sustenta los clásicos pronunciamientos, que dejan de lado a la Constitución. En el acto público realizado en Madrid, un maestro universitario salió al frente de Chicharro y sostuvo que la alternativa a la Constitución es un suicidio colectivo.
 
Lo mismo que en lo político ocurre en lo económico. Quienes afirman que se requieren cambios en el modelo, para alejarse del mercado y acercarse al estatismo dirigista, alteran la estabilidad democrática.

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