martes, 13 de agosto de 2013

Garganta de Lobo
Imagen de Jorge MorelliLa Brigada Contraterrorista Lobo –que ha abatido el domingo a tres cabecillas de Sendero Luminoso en el Apurímac y capturó meses atrás al del Huallaga– es, según una misteriosa fuente de El Comercio –una Garganta digamos–, poco menos que una orden templaria en la que “todo es de todos y no hay diferencias”. “Es un músculo de inteligencia”, agrega.
 
Garganta precisa que Lobo “no recibe órdenes ni de ministros ni del Papa, solo del presidente de la República”. Reitera que la brigada se halla “bajo la coordinación” de un viceministro, pero insiste en que los ministros del Interior y de Defensa, aunque sabían de una operación, no sabían absolutamente nada de ella. Solo el Presidente, el viceministro y Lobo. Anoche, sin embargo, los dos ministros se fueron al Vraem a salir en la foto.
 
La primera lectura necesaria es que Garganta se está ocupando de aclararle a la opinión pública que el mérito de la operación no es de los ministros del Interior y de Defensa, que más bien se hallan pintados en la pared. No se va a dejar arrebatar los laureles. Ambos van a ser interpelados esta semana además, con lo que las precisiones anteriores bien podrían ser una bajada de dedo terminal para ambos.
 
La otra consecuencia es más importante. Garganta detalla –y esto tampoco es casual– que la brigada está integrada por gente de inteligencia tanto de las direcciones Contra el Terrorismo (Dircote) y Antidrogas de la Policía, como del Ejército, y precisa que ese es un cambio de estrategia.
 
Es un giro copernicano en la estrategia, sin embargo, porque en el Apurímac, hasta la fecha, mientras el Ejército combatía solo al terrorismo, la Policía se ocupaba solo del narcotráfico, en una separación nociva y artificial que estaría siendo dejada de lado para dar paso a una conducción desde un mando unificado.
 
Garganta se ha adelantado a revelar, quizás involuntariamente, cierta afición por el efecto dramático: cuenta que en la operación Lobo ha seguido el ejemplo de la estrategia del gobierno de Barack Obama para liquidar a Osama Bin Laden. Mientras tanto, fuentes aguafiestas comienzan a deslucir la operación hablando de una entrega “delivery” –como la de Artemio en el Huallaga– que atribuyen a la congresista narcoterrorista hoy ya en la cárcel hablando hasta por los codos. También a Garganta lo traiciona la elocuencia, sin embargo. Ya sabremos de él.

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