viernes, 2 de agosto de 2013

O P I N I Ó N


 
 
 
A PROPOSITO DEL DIA DEL JUEZ

Mediante Decreto Ley Nro. 18918, expedido en el año 1971, se determinó que cada 04 de agosto se institucionalice el Día del Juez, en conmemoración a que el 04 de agosto de 1821, el General don José de San Martin instituyó la Alta Cámara de Justicia en la Ciudad de Lima, para reemplazar a la Real Audiencia Española.

 
En tal sentido, este cuatro de agosto, se conmemora a nivel nacional el Día del Juez; sin embargo será al día siguiente en la cual todos los magistrados del Poder Judicial concurrirán a sus respectivas sedes de corte, a fin de celebrar tan importante fecha y hacer un alto a la noble labor que desempeñan.
 
En efecto mediante Resolución Administrativa 133 - 2013 - CE - PJ, el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, ha manifestado que en el presente año, el 04 de agosto recae en día domingo, considerado como día de descanso y no laborable, por lo que resulta pertinente que de manera excepcional, la ceremonia por el Día del Juez, se lleve a cabo el día siguiente, día hábil más próximo, es decir el día lunes 05 de agosto, por lo contribuirá con la finalidad de la celebración  de la sesión  solemne, cual es la de rememorar la obra de los magistrados peruanos que han contribuido a la correcta impartición de justicia y el progreso de la cultura jurídica del país y además se dispone en dicha norma administrativa que los órganos jurisdiccionales del país reprogramen las audiencias que hubieren sido suspendidas y además quedan suspendidos los plazos procesales.
 
Por tal razón, es preciso indicar que el Juez es el funcionario público encargado de impartir justicia en igualdad de condiciones a las partes procesales debidamente legitimadas y resuelve con independencia y estricto apego a nuestra Constitución Política del Estado, por lo que en una oportunidad, el maestro Domingo García Rada decía que el Juez es menos que Dios, pero más que hombre “.
 
Por lo que como quiera que, en este día se recuerda y enarbola la egregia figura del magistrado peruano, es importante indicar que este día se realiza en una circunstancia muy sui géneris, es decir se conmemora a dos años de gobierno del Presidente Ollanta Humala y las expectativas son mayúsculas, toda vez que se habla de una reforma constitucional en materia judicial y el cumplimiento de los objetivos del Ceriajus, el Plan Nacional de Justicia, el cuestionado nombramiento de los magistrados del Tribunal Constitucional y además el cumplimiento de la homologación de haberes a los señores magistrados, a fin de coadyuvar a una verdadera ósmosis en las viejas estructuras del Poder Judicial.
 
De igual forma, el “ día del Juez “, se conmemora en un momento, en la cual el Presidente del Poder Judicial Dr. Enrique Javier Mendoza Ramírez, ha venido sosteniendo algunas iniciativas y aportes de los señores magistrados, sobre la necesidad de un nuevo marco normativo en materia de casación, lucha denodada contra la criminalidad organizada y una férrea defensa reinvindicativa para homologar los haberes de los jueces superiores, jueces especializados y mixtos y jueces de paz letrados respectivamente.
 
De allí que, una verdadera reforma del Poder Judicial, pasa por la reforma personal de quien viste el alma de la toga en la judicatura. Hay jueces y jueces; muchos eruditos y estudiosos, otros acaso de formación unidimensional: conocer lo suyo y nada más. La sociedad civil desea no sólo jueces conocedores del derecho; sino que quiere de ellos que sean personas de una alta cultura, de una ética cotidiana que irradie para los justiciables y abogados litigantes paradigmas deseables de valores.

 
 
Pero por ahora, ya que se trata del Día del Juez, es bueno que hagamos un alto a su labor, y evidenciemos que esta labor no es sencilla; aparte de la responsabilidad que pesa en ellos, su trabajo no es nada envidiable, pues la ciudadanía y la opinión pública no sabe que cada magistrado, aparte de despachar con su secretario un sinnúmero de resoluciones judiciales, tiene que preparar los fallos que ponen fin a un proceso, y una ración de horas; es decir, hay una infatigable labor que debe ser reconocida.
 
 
 



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