jueves, 8 de agosto de 2013

LA HORA DE LOS POBRES
 

Ayer terminó la época de los privilegios en el Perú. El presidente Ollanta inauguró un nuevo estilo de gobernar. Jurar por la Constitución de 1979 no fue una torpeza, como dicen los analistas de derecha. Hablar del rol protagónico del Estado es derrocar para siempre el capitalismo salvaje que primaba en un país del cuarto mundo. Para ello debe haber autoridad y orden.
 
Erradicar para siempre la corrupción, el narcoestado y la inseguridad, quedó claro en las palabras de Humala. Eliminar la exclusión es decirle a los pitucos nacionales que se acabaron sus privilegios. Regresar al pensamiento de Haya y Mariátegui es devolverle al Perú la dignidad. El nuevo Presidente trae desde ayer la esperanza para los desvalidos, los miserables y los excluidos. Para los niños y los jóvenes. Eso les jode a los que pensaban que Humala era igual de lo mismo. Los privilegios se acabaron.

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