viernes, 9 de agosto de 2013

COLUMNA SENTIDO COMÚN.

ESCENARIO PELIGROSO 

 
Ahora que el “piloto automático” ha dejado de funcionar, la crisis de confianza ciudadana en el gobierno se va profundizando día a día y, parece, que la tendencia es irreversible por diferentes motivos. El primero atañe al Ejecutivo por su ya inocultable ineficiencia en el manejo de la cosa pública tanto en lo relativo a obras, servicios y promoción de inversiones teniendo al frente un universo de problemas que nos van rodeando peligrosamente desde la dimensión internacional.
En vez de construir institucionalidad para enfrentar desafíos internos y externos, el gobierno ha desatado una guerra multilateral interna contra cualquier opositor, cuyos efectos se reflejarán negativamente cuando se requiera un Perú unido frente a cualquier amenaza contra su seguridad.
 
Vemos movilizaciones gremiales todos los días y por todas las calles de las ciudades del país y no se percibe poder de negociación alguna. Los pueblos, comunidades y demás villorrios en donde deben realizarse consultas previas para ejecutarse proyectos de inversión, están siendo tomados por elementos ultras, los que se encaraman en las dirigencias mediante planes que cierran cualquier posibilidad de competencia a sus adversarios.
 
Tampoco el gobierno tiene la capacidad y, parece, ni la intención, de deslindar claramente con los elementos del narcotráfico, minería ilegal y demás grupos que andan al filo de la navaja entre la ley y la ilegalidad, sino que comete el error de estar compitiendo con otros grupos políticos respecto a quien permitió o permite más ilegalidades en su seno.
 
Últimamente, otra vez con audios cuya obtención y autoría se conoce a pesar de que el chuponeado es el ministro de Defensa junto al primer ministro y un ex presidente del Poder Judicial, se muestra un grosero manoseo de poderes disfrazado de buenas intenciones.
 
El Congreso no se queda atrás en nada: gasta más de la cuenta, hay gollerías en viajes intrascendentes pero no se percibe un trabajo serio ni en la producción de normas ni en su función fiscalizadora porque han puesto de moda lo que los comediantes llaman “comisión del blindaje”. No muestran escrúpulo alguno para formar alianzas de protección mutua sin que el Perú les interese un comino. De las fugas partidarias mejor ni hablar pues es más que evidente que cada quien defiende su propio interés por el poder.

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