EL "ME GUSTA" DEL PRESIDENTE REGIONAL Y EL "NO ME GUSTA" DEL PIURANO.

 

 

A un año y medio de que termine el mandato del actual Gobierno Regional, es necesario analizar el avance de la gestión, más aún cuando el equilibrio entre los compromisos hechos en campaña a la población y la realidad que la autoridad dice -a través de la publicidad y propaganda pagada- haber cambiado, no guarda coherencia con la expectativa de los votantes.

 

En los últimos meses, el Gobierno Regional ha emprendido una campaña de Imagen, no tanto Institucional sino más bien personal, ya que el sello “Atkins Lerggios Javier” está presente en todo lo que la entidad intenta hacer. “Si eso lo hacen todas las autoridades, entonces a todas habría que preguntarles”, fue la respuesta que dio la autoridad en alguna oportunidad, cuando se le interrogó sobre esa figuración.

 

Desde ahí esto es preocupante, porque hay una excusa similar al de “si todos los hacen, por qué yo no…” y si esto se extendiera a otro tipo de acciones -hablemos no solo de positivas, sino también de negativas, ¿qué podría estarse justificando con ese argumento?

 

Nadie dice que el Gobierno Regional no deba dejar su marca como tal. No es malo, porque es parte de consolidar su imagen como institución democrática y seria, de lograr que sea reconocida y respetada como la entidad de todos los piuranos… pero qué pasa cuando en la publicidad y la propaganda, resaltan más la fotografía del rostro de la máxima autoridad y su nombre, antes que el logo de la institución que apenas es visible.

 

Es evidente, pues el afán de protagonismo que tiene el Presidente Regional, lo cual nos lleva a una segunda interpretación en este tiempo, y no tan disparatada: la reelección a la que hasta ahora no responde con un sí o no rotundo.

 

La forma tibia en que la autoridad maneja el asunto y la forma en que la Oficina de Imagen Institucional lleva adelante su trabajo, no hacen sino pensar en cómo quieren ubicarlo en la mente del votante. Es más un candidato, que una autoridad.

 

Ahora, sería importante centrarse en ese mensaje que está dando a conocer esa oficina de Imagen y que -como ejemplo- solo en los publirreportajes difundidos ayer, hacen más fuerte la idea de la candidatura de Javier Atkins -aún si un movimiento regional.

 

Desde esa oficina le están contando a los piuranos, que al Presidente Regional de Piura, le gusta el ceviche, el camote, la yuca, el majado (ojo… y no el majau), el sol, la gente, el mar, la playa… ¿Le interesa a usted, ciudadano, saber que quien debe estar preocupado por los problemas de la región, tiene preferencia por esto?

 

Parece incoherente que cuando los piuranos -sean algodoneros, transportistas, maestros, médicos, enfermeras, obstetras, moradores de distintas zonas- exigen mejoras de condiciones en la región -con obras, colegios dignos, salas de atención al paciente, etc., el Gobierno Regional señale no tener de dónde sacar dinero… ¡pero sí lo utilice en estos mensajes!

 

En esos publirreportajes que paga el Gobierno Regional, al Presidente lo ubican en una nube… A Javier Atkins -dicen los avisos- le gusta el kilómetro 21, porque integra… ¡cuando es una de las obras más cuestionadas en la gestión, y parece tan interminable con todas las postergaciones que ha tenido! También le gusta que la gente se beneficie con la construcción de un hospital… ¡que hasta ahora no tiene ni expediente!

 

Le gustan ver felices a los niños en sus nuevos colegios, cuando hay escolares que siguen esperando que él le dé solución a un entrampamiento que impide traigan aulas prefabricadas ¡porque estudian hacinados y bajo árboles!

 

La población, con todo esto, puede responderle qué no le gusta al Presidente Regional… escuchar los aportes, los reclamos, las críticas, las propuestas para mejorar; leer los periódicos para no enterarse de ese sentir que recogen; dar a conocer los proyectos a los técnicos para que alcancen su punto de vista… Al ciudadano no le gusta eso… pero sí le gusta y anhela la verdad y las obras, sean pocas, pero fructíferas. La gestión no avanza… Y eso no le gusta a nadie.