viernes, 13 de setiembre de 2013

O P I N I Ó N

Más allá de Allende


Imagen de Jorge MorelliA cuarenta años del golpe, hay que volver a mirar la democracia de Salvador Allende. Por incómodo que esto resulte para la izquierda latinoamericana, es necesario establecer con toda crudeza la verdad.
 
¿Fue el de Allende un gobierno democrático obstaculizado por Estados Unidos en la obtención de créditos para financiar la “transformación estructural” de la economía de Chile, hasta provocar su caída? ¿Fue la democracia allendista un proyecto viable trabado por un Congreso de derecha que se negó a aprobar la “reforma tributaria” que le habría permitido al gobierno socialista seguir adelante?
 
¿O es que el “modelo económico” allendista se ahogó en el corto plazo en una espiral de devaluación e inflación originadas por la decisión de incrementar la demanda trabando al mismo tiempo la oferta al transferir cientos de empresas expropiadas a un ente de planificación central –el “Area de Propiedad Social”– que se sustituiría al mercado, y que –previsiblemente– jamás pudo responder? Porque, en ese caso, de nada habría servido recaudar más impuestos o recibir ingentes créditos de fuera. El dinero fresco se habría ido simplemente por el mismo desagüe que el anterior.
 
Ayer, 11 de setiembre, Sebastián Piñera, presidente de Chile, dijo según versiones de prensa que Salvador Allende “quebrantó la democracia”. Independientemente de cualquier justificación del golpe pinochetista –que dudo que sea su propósito–, es indispensable por respeto a la verdad establecer objetivamente si el gobierno de Allende llegó a convertirse en una dictadura disfrazada de democracia. Es decir, si la de Allende fue un antepasado de la “democracia” chavista de Venezuela hasta hoy.
En agosto de 1973, semanas antes del golpe, la Cámara de Diputados de Chile publicó un documento denominado “Acuerdo de la Cámara de Diputados sobre el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la república”, en el que denunció la violación sistemática de la independencia de poderes y de la libertad de prensa. ¿Era todavía una democracia el gobierno de Allende luego de haber cruzado ese Rubicón?
 
Esta es la pregunta que la izquierda latinoamericana tiene que responder escrupulosamente, si de verdad tiene algún respeto por la historia.

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