lunes, 9 de setiembre de 2013

Cuidado con convertir el diálogo en un papelón.
 
 
CUIDADO CON CONVERTIR EL DIÁLOGO EN UN PAPELÓNEl diálogo planteado comienza a presentarse como la panacea o como el edén a donde acuden partidos políticos con sus más insignes representantes para que, junto con el gobierno, se sienten a definir cuáles son los problemas que detienen el crecimiento y cómo se deben solucionar. Los asistentes y el gobierno tienen una enorme responsabilidad. Por eso importa que hagan públicas las agendas y los acuerdos; y que sean además con plazo determinado.


 
Sin embargo, más de uno comienza a impacientarse para no perder la parafernalia que viene, con entradas y salidas a Palacio, conferencias, fotos, entrevistas y demás. Ojalá entiendan que el show -que gusta a la mayoría- es lo más dañino en esta coyuntura y lo más repudiado por el ciudadano de a pie que mira este espectáculo con desprecio.

 
Los peruanos tenemos preguntas bien concretas: ¿Garantizarán la inversión privada? ¿Dejará la SUNAT de tener esa actitud tan prepotente y versallesca? ¿Habrá convicción del gobierno para impulsar proyectos paralizados como Conga (que acaba de ser atacado otra vez por campesinos de la zona), el gasoducto andino (que acaba de ser pospuesto nuevamente por Proinversión) y el polo petroquímico (que no tiene ni fecha)? ¿Detendrán la minería ilegal? ¿Concretarán un mega paquete de inversiones en infraestructura? ¿Dejará el Gobierno de aceptar el chantaje de los que cierran carreteras o promueven marchas? ¿Acordarán que el Estado no debe volver a pagar con dinero de todos los peruanos el problema de los cafetaleros o de cualquier negocio al que le va mal?¿Respetarán el voto preferencial que rompe las listas cerradas de los clubes de amigos que es en lo que se han convertido la mayoría de partidos políticos?¿Dejarán de acusar a los disidentes de tránsfugas en el Congreso? Pero más aún todavía. ¿Traerá, el diálogo, más seguridad, mejor educación o una salud más digna para todos?¿Será abordada la corrupción sin más lirismo ni doble estándar?

 
Cuidado con las expectativas que la gente en las calles está bien cansada de tanta incompetencia; y no sólo del gobierno. Los partidos políticos, que brillan como agencias de empleo, y el parlamento que destaca como cuna de clientelismo y corrupción, son los grandes actores invitados a caminar por la alfombra roja de Palacio. Los mismos actores -con los mismos libretos y, por cierto, con los mismos apetitos- que defraudan cotidianamente a los ciudadanos son quienes se reunirán para, en teoría, proponer “sus ideas” para atravesar el bache que el Gobierno primero advirtió y luego negó.En fin.
 
Lo único que hay que sentarse a acordar es si el gobierno está o no decidido a impulsar al país liderando una agresiva iniciativa que involucre a todos los sectores. Adiós al piloto automático, a las medias tintas y a las dudas. Aquí y ahora hay una sola dirección. Hay que poner la doble tracción y dejar atrás la política menuda, la pequeñez y la intrascendencia. Es, verdaderamente, la hora para los que pueden levantar la mirada y ver el horizonte. Cuidado, señores del Gobierno y de la oposición, con hacer del diálogo un papelón porque eso sí puede convertir todo en una tragedia.

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