jueves, 31 de mayo de 2012

RICHARD KINBOLL



D E S D E    M I    E S Q U I N A



PROFESIONALES DE BROCHA GORDA


La conciencia del pueblo cuyo temperamento de insatisfacción no se rinde, inspirada en el deseo irrenunciable de ganar la libertad y la justicia, ejerciéndola por encima de la voluntad de los opresores, indiferentes, y responsables del statu-quo, me convoca. Esa grita, me invita a reflexionar sobre los profesionales peruanos metidos en sus canteras, invernaderos, en tiempos de apremio, cuando a ellos les toca fomentar la revolución de las inteligencias, participando en el tiempo impostergable de obligar al cambio urgente de las estructuras sociales del Perú.

Es que la historia, no la debe protagonizar, siempre y por siempre, el pueblo de abajo como lo aprecia la realidad. Todas las luchas reivindicativas son encarnadas por campesinos, mineros, proletarios, cholos, mestizos, mujeres, comerciantes. Esas duras batallas, fortines donde el pueblo obliga a capitular muchas veces a los gobiernos insensibles, no deja de aportar la cuota cara del sacrificio de su gente, que se inmola por las causas que defiende.

Y entonces para cuando viene el resarcimiento, y los gobiernos conceden los derechos demandados, allí aparecen los 'profesionales' asumiendo los cargos, la conducción, el acomodo. Esa versión reclamada por la historia, va dirigida a la clase de profesionales, quienes teniendo mayores y mejores herramientas que el pueblo de abajo, lanzado a la lucha, nada mas que acompañado de un espíritu tesonero e inclaudicable, no contribuyen nunca en el logro de los objetivos.

Mención especial entre la vituperiada clase de los profesionales, el sector del periodismo peruano, gestor muchas veces del entreguismo mas vergonzoso en las páginas de la historia. En el último proceso de elecciones generales del Perú, se pudo apreciar el nefasto papel de la prensa peruana, sirviendo a los empresarios del periodismo, y estos a los candidatos traficantes de la patria como al sector político que responde al "fujimorismo".

Y esto lo de la prensa peruana, como sector influyente en la conciencia ciudadana, se dá y participa como una comidillida en el quehacer de la vida nacional. Es la misma prensa que se hipoteca, se alquila al mejor postor, generalmente al servicio del poderoso y del dinero. No importa para nada poner las plumas, o los micrófonos al servicio de la corrupción, y luego se ofrecen de árbitros, poniéndose en la boca, las mordazas mas escandalizantes que hacen vivir de verguenza y de rodillas al Perú.

El protagonismo de muchos sectores de la prensa peruana, es pueril, agraviante y corresponsable de las limitaciones con precariedad de vida entre los peruanos. El poderoso, se ampara, se protege en esas plumas silenciadas por el contubernio, con los que compran las conciencias. El pueblo con toda libertad puede y debe examinar aquellos comportamientos deleznables de oprobio.
 
Así como la nefasta gestión de la prensa negra o amarilla, tambien existe los profesionales ingenieros, economístas, abogados, gerentes, justicia laboral, quienes contratados por el empresariado subyugador, se comprometen en ejercer y colaborar con medidas de represión, sometimiento al trabajador peruano, desconociendo abierta y diametralmente sus derechos; procreando con ello, la vigencia de un Perú pauperizado, empobrecido por intermedio de esos que han pintado sibilinamente los valores de la patria con brocha gorda.

La patria que se esforzó por dotar de talento, valores, sensibilidad a estos profesionales, se desengaña de haber invertido, graduando al enemigo de su propia raza. Singularmente, el periodista quien debiendo asumir el arte de pincelar con maestría las bondades de sus talentos, utiliza la brocha gorda, burda, pintando los cuadros mas grotescos, hasta donde dió su entreguismo y precaria formación.

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