lunes, 28 de mayo de 2012

E D I T O R I A L



NO HAY ESPERANZAS DE DESARROLLO SUSTENTABLE SIN AGUA

Han transcurrido 39 años desde el ingrato "Niño de 1983" que devastó Talara en todos los tonos; de manera grave, cortó el suministro de agua para la población. Por aquel tiempo la ciudad ya no tenía su eje de acueducto interconectado a la vieja Planta de Portachuelo, por razones desconocidas provenientes de intereses económicos, el agua venía de La Planta del Arenal (Paita), y que de todas maneras, aquel nuevo eje, sucumbio ante las arremetidas del diluvio de aquel año.

Resulta inverosimil creer que hayan transcurrido 39 años, y el Estado lo poco que hizo, fué reparar, reactivar el eje y nada mas. Significa que el Ministerio de Vivienda, y otros organismos, como gobiernos regionales, no se pusieron a pensar que en algún momento el "Niño", podría estar de vuelta, y con ello, repetir daño, receso de todo orden de afectación a la ciudad petrolera.

Desde entonces, la ciudad petrolera de Talara y toda la provincia en su conjunto, no ha sido visitada por los rigores de una inversión propiamente dicha; la presencia de petroleras extranjeras desde 1993, no significa inversión con la colocación de proyectos de sísmica, exploración, tanto así, que exclusivamente han venido en ese tiempo a "explotar el recurso". Ningún tipo de inversión novedosa fueron traidos alentando nuevas coyunturas empresariales que propiciaran crecimiento sostenido, como generación de empleo.

Es que el gran capital, no dá puntada sin hilo; a ello, hay que considerar el factor agua, principal y vital elemento en el mundo para la colocación de capitales de inversión. Desgraciadamente, esta coyuntura ha sido un formidable aliado al pretexto de no venir a invertir, a la zona petrolera de Talara. Todo, llana y sencillamente porque no tuvimos las inteligencias que internamente hubieran exigido la solución a tan prioritaria demanda.

Desde esa fecha del Fenómeno del Niño en 1983, Talara ingresó a un penoso receso social, productivo, de industria, económico, financiero, de tecnología. Aquí por ejemplo debió actuar con celeridad el rol de investigación y facilitamiento de proyectos de desarrollo, proveniente de las Universidades del país, especialmente de la Universidad Nacional de Piura, gran beneficiada por aportes del Canon Petrolero.

En esos 39 años, la infraesctura social de Talara se mantuvo ociosa: Bahía, Puerto, desarrollo petroquímico paralizado, aeropuerto sin actividad, etc. Nadie tuvo el tino ni el interés de alentar inversiones, acelerando gestiones ante el Estado, para dar solución a la complicada problemática del agua, tanto para el consumo interno, así como para su desarrollo industrial.

Estamos dando los primeros pasos del formidable proyecto de "Modernización de Refinería Talara", hoy todavía no se percibe la necesidad de agua que va a necesitar esa nueva realidad industrial, cuando tenga que producir cumpliendo con las exigencias competitivas de mercado. En las actuales circunstancias, es muy prematuro advertir el grado de inversiones a partir del año 2016, cuando ya Talara procese 100 mil barriles de crudo, dando lugar a un número incalculable de nuevas inversiones conexas; para todo ello, Talara deberá contar con una estabilidad y permanencia del líquido elemental.

Por ello, es que si Talara quiere un desarrollo sustentable, crecimiento sin riesgo para los próximos 30 años, debe avocarse de modo serio en exigir la concretización de un gran proyecto que supere debilidades frente a contingencias de la naturaleza. Talara para llegar a ser una gran ciudad industrial con futuro, estabilidad; no debe bromear con salidas que constituyen paliativos, embarcarse en proyectos elucubrados en la emoción de criterios gaseosos i/o oportunistas, sería extremadamente riesgosos.



DIRECTOR DE ASPETA
RICALDI  RAMIREZ  RUIZ

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