viernes, 25 de mayo de 2012

N A C I O N A L




Información universitaria será más transparente


Peruanos conocerán cuáles son las casas de estudios acreditadas

Ciudadanos tendrán acceso a monto de las pensiones que se cobran



La implementación de un observatorio que brindará a la ciudadanía información detallada sobre las universidades que funcionan en el país, a fin de establecer cuáles de ellas están debidamente acreditadas, alista el Consejo de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Superior Universitaria (Coneau).
El observatorio forma parte de un proyecto conjunto entre el referido consejo y el Banco Mundial. Mediante el mismo, los ciudadanos podrán conocer cuál es el número de docentes que tienen cada universidad, si las mismas se encuentran acreditadas o no, las carreras que ofrecen, los requisitos para seguir una maestría o doctorado, el costo de las pensiones, y las ventajas con las que cuentan los alumnos.
 
El presidente del Coneau, Jaime Zárate, dijo que con el observatorio se podrá hacer, también, un seguimiento sobre el número de profesionales que egresó de cada universidad y cuál ha sido su desempeño.
 
Asimismo, se tendrá una noción exacta respecto a cuáles son aquellas carreras que tienen mayor demanda en el mercado laboral.
 
"Está demostrado que hay un gran déficit de ingenieros y médicos, pero un exceso de abogados. Con esta información, los estudiantes tomarán una decisión pensada cuando requieran elegir una universidad y la carrera", anotó.
 
Para fortalecer la calidad de la educación superior en el Perú, el Banco Mundial ha aportado 50 millones de nuevos soles, indicó Zárate. Luego precisó qué parte de esos recursos serán utilizados en el funcionamiento del observatorio.

Investigación
 
En relación con el análisis que realizó la Contraloría General de la República, por la cual se establece que falta promover una mayor investigación en las universidades, coincidió en la necesidad de que se invierta más en ciencia y tecnología; en la medida en que ésta es una de las principales carencias de las casas de estudios superiores.
 
Entre las acciones para superar esta problemática, comentó que se ha solicitado a las universidades que tengan un vicerrector de investigación, y dentro de los estándares de acreditación del Coneau también se ha incluido este aspecto como un elemento fundamental.
 
"Las universidades tienen que ser un modelo de investigación para dar su aporte a la comunidad", señaló.
 
El funcionario manifestó, igualmente, que se necesita contar con una nueva Ley Universitaria, que incluya los elementos de la acreditación y calidad de los centros de estudios superiores.
 
Más adelante, refirió que hasta el momento nueve universidades de las 132 existentes a escala nacional, cumplieron con el proceso de autoevaluación de la calidad educativa de 31 carreras profesionales.
 
Por ello, dijo que una vez concluida la siguiente etapa de evaluación externa, se espera disponer este año de las primeras carreras acreditadas.
 
Se trata de las universidades nacionales de San Marcos, San Agustín, de Trujillo, del Centro, de Piura; las privadas de Tacna, Piura y César Vallejo, además de la universidad Peruana Unión, las que sometieron a la autoevaluación entre una y 7 carreras.
 
Subrayó que el 99 por ciento de las universidades ha constituido sus comités de acreditación.
 
 
 
 
 
La inclusión cultural y el diálogo
 
 
 
En el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, el presidente de la República, Ollanta Humala Tasso, ratificó el compromiso de su gobierno para fortalecer y fomentar la diversidad cultural de nuestra patria, como base fundamental de la identidad nacional y el desarrollo sostenido de nuestros pueblos.
En esta oportunidad, en ceremonia especial celebrada en Palacio de Gobierno, el Jefe del Estado planteó la urgente necesidad de impulsar una política de inclusión cultural, para trabajar juntos por el desarrollo sostenible, eliminando toda clase de discriminación.
 
Al formular este planteamiento, que se hará efectivo con la intervención del Ministerio de Cultura, según explicó, el presidente Ollanta Humala hizo recordar las definiciones que hizo en este campo en su primer mensaje a la nación cuando dijo:
 
"El Perú es un país plurilingüe y multicultural. Esta diversidad constituye sin duda nuestra mayor riqueza. Sin embargo, durante mucho tiempo ha existido un discurso y una práctica de la exclusión, del rechazo a la diferencia... que cobijó la discriminación y la intolerancia. Esto resulta cuando menos extraño porque los comportamientos excluyentes provienen muchas veces de quienes elogian nuestra diversidad cultural".
 
La diversidad cultural del Perú, a la par que su diversidad geográfica y biológica, constituyen, en efecto, su más grande riqueza, tanto en lo productivo como en la creación, el arte y la cultura; sin embargo, modelos colonialistas, semifeudales y centralistas hicieron que esa fortaleza, que le da muchas ventajas, contradictoriamente originara desencuentros y aislamientos, exclusiones y discriminaciones. Así se abrieron enormes brechas de desigualdad que hasta ahora afectan a los pueblos más apartados de la capital.
 
En forma coincidente, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, difundió ayer en la comunidad internacional un mensaje por la mencionada celebración, allí manifiesta:
 
"Las culturas se nutren mutuamente y contribuyen a que la humanidad sea más rica y más fecunda. Esa diversidad es una fuente de renovación de las ideas y las sociedades. Constituye un inmenso potencial de crecimiento, de diálogo y de participación social".
 
Al respecto, es pertinente recordar que este fin de semana Naciones Unidas reconoció al Perú como el primer país en el mundo que ha reglamentado la Ley de Consulta Previa, dando así plena vigencia en nuestra legislación al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre los derechos de los pueblos indígenas.
 
Dicha ley precisamente consagra la institución de la consulta previa por intermedio del diálogo, como herramienta válida y necesaria para garantizar los derechos de los pueblos indígenas, cuando se trata de decidir acciones del Estado y las empresas privadas en sus territorios que estén vinculadas a la preservación del medioambiente, uso de los recursos naturales, y respeto a sus lenguas, arte y costumbres.
 
El desarrollo sostenible y la inclusión cultural no son incompatibles, por el contrario, deben ser los pilares de la unidad y el progreso de la nación.


 
 
 
Contrato a plazo fijo
 
 
Si el trabajador no cuestiona su contrato a plazo fijo, no cabe que sea repuesto en caso de ser despedido durante el mismo .Así lo estableció el Tribunal Constitucional (TC) en la sentencia recaída en el Expediente N° 03058-2011-PA, mediante la cual se pronunció sobre la demanda de amparo presentada por un trabajador contratado a plazo fijo que solicitaba su reposición.
 
 
En este caso, el demandante tenía un contrato laboral hasta el 23 de junio de 2009, y alegó haber sido víctima de un despido incausado el 6 de enero de 2009.
 
Al resolver el 30 de enero de 2012 este caso, el TC declaró improcedente la demanda de amparo y, sin analizar el fondo de la controversia, justificó su decisión alegando que el plazo del contrato había vencido largamente, por lo que la eventual afectación era irreparable.
 
Sin necesidad de analizar el fondo de la controversia y en la medida en que el trabajador suscribió con la empresa demandada un contrato de trabajo por inicio de actividad con vigencia desde el 24 de diciembre de 2008 hasta el 23 de junio de 2009 para el colegiado es evidente que la alegada afectación ha devenido en irreparable, pues el plazo del citado contrato, ya ha vencido en exceso.
 
Rodrigo, Elías & Medrano Abogados en su reciente informativo electrónico REM Laboral Informa al analizar dicha sentencia destaca la importancia de diferenciar este caso de otros en los que el demandante ha cuestionado la validez de su contrato a plazo fijo y el TC, encontrando que el mismo había quedado desnaturalizado, ordena la reposición.
 
 
 
 
SOBRAN LOS ALIMENTOS PERO PERSISTE EL HAMBRE
 
 
 
Gemmo Lodesani Director Regional para América Latina y el Caribe del Programa Mundial de Alimentos de ONU (PMA)

En América Latina y el Caribe, que es una de las principales regiones productoras de alimentos del mundo, todavía el hambre afecta a 53 millones de personas.
 
La paradoja a la que nos enfrentamos cada día es que la región produce suficientes alimentos para satisfacer las necesidades de todos sus habitantes y, sin embargo, cerca de 9 millones de niñas y niños –o uno de cada siete infantes en toda la región– sufren de desnutrición crónica. No obstante, las cifras a nivel regional y nacional enmascaran las realidades locales. A nivel sub-nacional, la desnutrición en ciertas áreas marginadas y comunidades indígenas y afrodescendientes aumenta hasta cerca de 80 por ciento, demostrando inequidades que tenemos todavía que solucionar.
 
En muchas ocasiones, la gente me pregunta ¿cómo es esto posible?, y mi respuesta ante esta pregunta es siempre la misma: la clave está en el acceso. El problema central del hambre en la región no es que no haya alimentos disponibles, sino las dificultades que los más pobres enfrentan para poder acceder a ellos.
 
La falta de acceso a alimentos es uno de los mayores problemas de la seguridad alimentaria y nutricional en la región y esto está muy entrelazado con la situación de pobreza que afecta todavía a 177 millones de personas –o cerca de uno de cada tres latinoamericanos y caribeños.
Pongamos un caso típico que podría ser el de una madre cabeza de familia que se encuentra en una comunidad rural apartada de Centroamérica.
 
Asumamos que esta mujer está desempleada, tal vez embarazada, sin ingresos fijos y sin acceso a tierra para cultivar sus propios alimentos, o sin infraestructura vial que le permita acceder al mercado para vender sus pequeños excedentes en caso de que pueda cultivar.
 
Si las redes de protección social en su comunidad son débiles o inexistentes, o si no tiene acceso a un flujo de remesas de algún familiar que la apoye, el mercado local puede que esté lleno de comida, pero su despensa continuará vacía.
 
Simplemente ella y su familia no podrán acceder a los alimentos nutritivos que necesitan para llevar una vida activa y sana. Probablemente con el paso del tiempo se verán forzados a empobrecer su dieta comiendo solo granos básicos, que siempre serán más baratos que la carne, los productos lácteos o las verduras, tan necesarias para el buen crecimiento de sus hijos.
 
Si además el precio de los alimentos continúa aumentando, como ha venido alertando el Banco Mundial a nivel global durante pasadas semanas, la familia continuará reduciendo no solo la calidad sino también la cantidad de alimentos en la mesa.
 
Esto ocurre cada día en muchos hogares de la región. Es importante recalcar que muchas de las personas más pobres de la región tienen ingresos muy por debajo del costo de la canasta básica. En Nicaragua, por ejemplo, la canasta básica alimentaria cuesta el doble del salario mínimo, y en Panamá y Ecuador la canasta básica cuesta cerca de tres cuartos del salario estipulado como mínimo.
 
Ante este panorama, en muchos hogares las tres comidas diarias se convierten en un lujo olvidado y si no hacemos algo para remediarlo, los niños de las familias más vulnerables, tarde o temprano cruzarán silenciosamente la delgada línea roja que separa la subsistencia de la mera supervivencia.
 
Hoy en día, los científicos saben que la desnutrición hasta los 2 años de edad (los primeros 1,000 días de vida a partir de la concepción) puede afectar al desarrollo mental y físico hasta la edad adulta. Los niños desnutridos tienen más probabilidades de enfermarse, enfrentar dificultades para concentrarse en la escuela y ganar menos dinero cuando sean adultos.
 
Pero no está escrito en piedra que esto tenga que ocurrir. En tiempos de crisis, el PMA en América Latina y el Caribe proporciona alimentos y productos nutricionales especializados a las mujeres embarazadas y los niños pequeños más vulnerables. Cuando el niño alcanza la edad escolar continuamos facilitándole el acceso a comidas escolares y raciones para llevar a casa que ayudan a esos niños a crecer, desarrollarse y concentrarse mejor.
 
De esta manera y con la ayuda de todos, podemos garantizar que familias enteras desarrollen su potencial físico y mental y sienten así las bases para que las generaciones venideras construyan un buen porvenir. Un buen porvenir para ellos, para sus familias, para sus comunidades, para sus países; en suma, para todos nosotros.

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