El Perú no es ningún país trivial
En reciente reunión internacional sobre ciencia y tecnología, entre brasileños y peruanos, ocurrió un insólito discurso, tratándose de un evento de funcionarios. El presidente del instituto de matemáticas de Brasil, el más prestigioso de la región, se dirigió a los presentes para manifestar que, siendo él peruano de origen y brasileño por adopción, quería manifestar que le parecía que el Perú no es ningún país trivial, y pasó a demostrar por qué.
Explicó que Brasil invierte en el instituto que él dirige varios millones de dólares al año, y que Argentina invierte un millón y Chile medio millón de dólares. El Perú, en cambio, no invierte ni un sol en el Instituto de Matemáticas y Ciencias Aplicadas, fundado hace cuarenta años en colaboración fructífera con su instituto madre, el de Brasil.
En giro inesperado, pasó el profesor a advertir que Brasil –a diferencia del Perú– suele tener éxito en el fútbol. E hiló magistralmente el tema señalando que el equivalente del Mundial de fútbol en este campo es la Olimpiada de Matemáticas, que se lleva a cabo cada año en una sede diferente. En la última Olimpiada, dijo –que suele ganar EEUU o Japón– América Latina estuvo representada por Chile con un puesto en el rango de los 50 primeros, por Argentina en el rango de los treinta primeros y por Brasil en un honroso puesto 19.
Pero el Perú ganó el puesto 16, representado por un muchacho de 14 años, estudiante del Instituto de Matemáticas y Ciencias Aplicadas. “Flor de un día, dirán algunos”, manifestó el expositor. Pues no, en los últimos diez años, el Perú ha estado disputándole a Brasil consistentemente los primeros puestos entre los latinoamericanos.
Evidentemente, los premios que obtienen los pequeños y meritorios matemáticos y ajedrecistas peruanos emanan de la misma cepa. ¿Cómo es esto posible? Nadie lo sabe. Es cierto lo que dice el brillante profesor: el Perú no es un país trivial.
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