martes, 26 de julio de 2011

OPINIÓN... Quedan apenas hoy y mañana

Escribe:
Andrés Abad Tejada (*)

Dentro de un día y unas horas más, la diaria presencia del actual mandatario Alan García Pérez terminará diluyéndose en los noticieros de la televisión, su voz y sus largos discursos ya no se escucharán en la radio y su imagen irá desapareciendo tanto de la prensa escrita como de los medios electrónicos.

Los periodistas que cubren esa fuente llamada Palacio de Gobierno, dejarán de recibir las órdenes de este presidente que culminará su segundo mandato, quien suele señalar cuándo y en qué momento los fotógrafos y camarógrafos deben fotografiarlo o filmarlo y en qué momento el reportero o reportera, por él escogido, debe preguntar.

Muchas veces, todavía suelen hacerle preguntas incómodas, y García no ha ocultado su desagrado. Por él, estos malos ratos los solucionaría con pataditas o a puñetes, pues hace algunos días confesó que cuando era colegial resolvía las rivalidades colegiales a "puño limpio" como el guapo del barrio. Por algo siempre ha insistido en que él tiene mucha calle, mucha esquina, es decir experiencia suficiente para saber actuar como el más reputado criollo.

Así ha sido este jefe de gobierno que se va y nos deja llenos de anuncios, en muchos casos atiborrados de excesiva publicidad, pues no todo lo que ha dicho ha sido cierto y menos que su gobierno haya sido el mejor de la historia del Perú. Pero así son los egos. Y cada uno tiene el suyo. Por eso no debe extrañar que el señor García haya comenzado a insinuar, en cada oportunidad que se le presenta, que tiene la intención de volver a postular en el año 2016 porque cree que será elegido por tercera vez y se considera, asimismo, el llamado para encabezar las celebraciones del segundo centenario de la Independencia Nacional.

Pues bien, soñar no cuesta nada. Y así como él seguramente hay otros políticos que tienen las mismas aspiraciones y se ven como inquilinos de la Casa de Pizarro por un quinquenio entre 2016 y 2021.

Pero felizmente, la historia del Perú nos señala que de aquí a tres días tendremos un nuevo presidente, el que despierta muchas inquietudes porque hasta ahora no termina de aclarar o de resolver el problema creado por su hermano Alexis con su viaje a Rusia. Este asunto pudo haber sido resuelto con prontitud si es que el comandante Ollanta Humala, presidente electo, hubiera decidido evitar que la bola de nieve creciese. Y para ello sólo habían dos caminos: a) Decir que sí, que él envió a su hermano como su representante porque las fechas de visita a Washington y a Moscú eran las mismas. O b) Decir que su hermano viajó por su cuenta y que se irrogó representaciones que él nunca se las dio.

Pero en lugar de ello, ha dejado pasar los días dando lugar a que los medios de comunicación inflen mucho más el globo, dando lugar a un escándalo poco recomendable.

El presidente de un país debe tomar decisiones de inmediato, dando muestras de energía  como la ciudadanía espera. Porque si no lo hace, surgen las suspicacias, las malas interpretaciones, los chismes y el gobierno se deteriora porque pierde confianza. No sé si los asesores del presidente electo le han hecho ver el daño que su silencio ya ha provocado y que su gobierno se iniciará con cierta debilidad.

Además el señor Humala debió ser consciente que ganó apretadamente, apenas por tres puntos, y por tanto no tiene un respaldo popular amplio y suficiente que le permita sortear los inconvenientes con mucha seguridad.

Porque de pésimo gusto es huir de la prensa, evitar las preguntas de los reporteros por más insidiosas o capciosas que fueran, pues da la impresión que se protege a alguien o se evita que se conozca algo.

Pues, señor presidente electo, Ollanta Humala, usted tiene la gran oportunidad de demostrar que la lucha que enfrentará contra la corrupción se iniciará el mismo día en que tome posesión del mando y que esa actitud suya será permanente durante los cinco años que dure su gobierno. Salvo mejor parecer.

(*) Comunicador Social.
Editor NoticiasTalara.Com

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