Escribe:
Ricaldi Ramírez Ruiz (*)
Todos los sentimientos, pronósticos, incertidumbres se cruzan como pálpitos en la conciencia de todos los peruanos, en la medida que nos aproximamos al 28 de julio, día del cambio de Gobierno; se va el Presidente García y comienza el quinquenio gubernamental de un soldado peruano; ahora le toca el turno al Comandante Ollanta Humala Tasso.
En esta gloriosa fecha que representa el Día de la Independencia Nacional, todo se centra en el contenido del texto del mensaje que debe ser entregado al país. Mensaje, desde donde el Perú podrá augurar el advenimiento de un tiempo nuevo, de cambio en democracia y de justicia con inclusión social para todos los peruanos; como también, se pueden cumplir los vaticinios más tenebrosos que elucubraron desde el tiempo electoral, los adversarios de Humala.
En el camino de esa tensión cuyo primer diagnóstico debe ser interpretado este 28 de Julio; en el imaginativo político popular del país, se tejen infinitas opiniones; cada sector, distinguiéndose por la naturaleza de los temas que deben priorizarse; lo mismo las regiones del país, que piden ser atendidas con urgencia nacional. En esa coyuntura, todos los pueblos del Perú, tienen a la mano sus respectivas agendas de necesidades.
Los analistas especializados de estos acontecimientos, se enfrascan en debates diversos, cada quien en su óptica opinando por los temas por donde estratégicamente se iniciaría un primer gobierno nacionalista en el Perú. La educación, la salud, el trabajo, la seguridad ciudadana, reforma del Estado, el respeto irrestricto a las libertades constitucionales de opinión, expresión, de prensa son las materias que se juegan con primerísima chance en el discurso del Presidente Ollanta Humala.
Empero, existe un tema que es coincidencia en la casi totalidad de peruanos que constituye la columna vertebral, la punta del iceberg del discurso y propuesta inicial del nuevo gobierno. Se refiere a la Inclusión Social, factor gravitante no atendido por el gobierno de salida que se vanagloria del gran crecimiento de la Economía Peruana, pero que no ha tenido repercusión en potenciar y hacer más elegible el status social de los peruanos.
Grandes sectores de la peruanidad, no tienen todavía un concepto claro de la repercusión de esta Inclusión Social. Se tiene la peregrina tesis, que parte de ese crecimiento de nuestras reservas y condición excelente de la economía, deben departirse como si fuera un botín de guerra. Asimismo, se interpreta que el crecimiento debe incidir en mejorar la cultura de salarios, sueldos, mejoramiento de beneficios indirectos como las bonificaciones. Otros piden construcciones faraónicas improductivas; los presidentes regionales demandan repartos ciegos para iniciar la construcción de obras no sustentables.
La doctrina de la Inclusión Social, tiene como primer fundamento el efecto de incluir socialmente al pueblo; incluirle significa hacerle participar de la dinámicas sociales que influyen en realizar inversiones del Estado buscando mejorar la calidad del producto con el valor agregado; esto revertirá en mejorar la condiciones de empleo, incluyendo a muchos sectores de peruanos que no participan en el desarrollo de la economía. Aquí va a influir la creatividad e innovaciones que proponga para el caso el nuevo gobierno.
Cuando miles de peruanos se incorporen, se convoque a participar de esa nueva política de Inclusión Social, en ese momento se estará dando verdadero cumplimiento a este fin. En el caso de la Provincia de Talara, se debe procurar que el Estado Peruano provoque entre otros, el inicio de la Petroquímica, esa decisión traerá consigo que nuevos peruanos tengan trabajo, oportunidad de un salario digno, en ese momento se estará cumpliendo la verdadera tesis de INCLUSION SOCIAL.
Finalmente, el 28 de Julio, el Presidente Ollanta, tendrá la oportunidad en descifrar y responder a los enigmas que rodean la conciencia de los peruanos. Principalmente, que se inicie un nuevo tiempo en democracia donde participen y se incluya en el verdadero sentido de la palabra a los pueblos relegados; inclusión social no es reparto de botín alguno, menos de sinecuras; es invertir los recursos potenciando sus capacidades y beneficios.
(*) Periodista
Director NoticiasTalara.Com
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