lunes, 5 de marzo de 2012



ARTÍCULOS HISTÓRICOS A

PROPÓSITO DEL ANIVERSARIO DE

TALARA"


Juicio histórico a Fujimori en Talara



Talara. Tal vez el pueblo de Talara no logra esta aspiración por el Statu Quo y por lo autorizado en la Resolución de Extradición que otorgó la justicia de Chile, que solamente autorizó siete casos que todos conocemos.

Concluido el juicio que en materia jurídica constituye la concurrencia de toda una pulcritud legal por tratarse de la comisión de delitos contra la humanidad y derechos humanos. Fujimori no podía driblear este reto, consecuencia de sus crímenes. A la postre la razón fundamental de un enjuiciamiento histórico y no otra, cuando se intenta entenderlo diciendo que derrotó al terrorismo y por lo tanto, sus crímenes deberían pasar piola.

En un esfuerzo de entender que solamente el “dictador” debe responder por delitos de lesa humanidad y hasta allí quedaremos satisfechos los peruanos, surge la natural y legítima pregunta para saber quién tomará la iniciativa y cuándo se hará justicia para responder por los crímenes sociales cometidos por el mismo actor en detrimento de muchos pueblos del Perú.

Creemos que tanto de grave como constituyen los delitos de lesa humanidad, tanto también, lo son cuando aquellos crímenes sociales han herido de muerte a pueblos productores como Talara. Estimando que ningún crimen debe quedar en la impunidad, y así como ahora en ese juicio histórico se hace justicia y se reivindica el daño a la vida de personas inocentes, profesores y estudiantes; de la misma manera se debe vindicar a los pueblos que sufrieron daños irreversibles.

Con los mismos efectos de la crueldad de los asesinatos a personas inocentes que nunca volverán a ver la luz de la vida, así, Talara que fue sometida al proceso de privatización más lesivo de la historia, difícilmente podrá reencontrarse con su destino.

La dictadura para cumplir al pie de la letra con el programa entreguista de la “privatización”, operó la liquidación de la empresa estatal Petróleos del Perú. Se desintegraron sus operaciones por mandato de un liberalismo inocuo y absurdo. De este modo una empresa integrada, la única en toda América Latina, estratégica para el desarrollo nacional, fue vendida al puro interés de las petroleras transnacionales.

Desde aquel antihistórico proceso (1996), Talara no resurge por la gravidez de un irreversible receso social. Una Población Económica Activa de 10 mil trabajadores pasaron a la inactividad. Los contratos petroleros que se suscribieron al amparo de lo mejor para el país, constituyeron un fraude. Talara perdió y se truncó en su desarrollo petroquímico (Fertilizantes, Negro de Humo, Solventes en 1996).

Ese es el gran daño social por el que se reclama un justo resarcimiento. Del producto de la privatización y venta de Petroperú (Lotes petroleros, plantas de ventas, grifos, barcos, campos productivos, refinerías), el gobierno no revirtió nada. Lamentablemente, la resolución de extradición no lo autoriza, pero para el ciudadano talareño no borrará de su conciencia la esperanza que una justicia proveniente de un gobierno social en democracia, atento en su fin noble de gobernar con equidad, pueda permitir el resurgimiento de Talara.

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