miércoles, 28 de marzo de 2012



E D I T O R I A L 

CUIDADO CON LA AGITACIÓN LABORAL


Una cosa es demandar dentro del término de la ley el respeto a todo derecho, y otra es aprovechar de ella, propiciando agitación social con resultados funestos, experiencia dolorosas que se producen todos los días en el país.

Nadie quiere que el Perú se siga ensangrentando, que como consecuencia del oportunismo y los despropósitos, las límpidas banderas de la lucha sindical, se manchen con tragedias, como la ocurrida el día de ayer en Sechura dentro de una marcha convocada por el Frente Patriótico Sechurano que deja el triste saldo de un trabajador muerto.

Se llega a estas funestas consecuencias cuando se ausenta la responsabilidad, y temerariamente se desafía, se irrumpe el orden constitucional, se desconoce el principio de autoridad y se azuza la violencia muchas veces buscando la desestabilización del sistema.
 
Es un error creer que el camino de la agitación y la violencia, es el indicado para conducir al movimiento laboral al gran triunfo. Esas son tesis trasnochadas de tiempos superados, ahora la cordura manda a establecer el entendimiento mediante el diálogo. Responsables de lo ocurrido en Sechura son aquellos violentistas que sin medir las consecuencias llegan al extremo de sacrificar la vida de sus afiliados.

También que sirva este triste epílogo, para pedir una vez mas a las autoridades de trabajo que medien con todo sentido de equidad, luego convocando la paz y el entendimiento se resuelvan las negociaciones colectivas y todas las tratativas entre los empleadores y los trabajadores.

Precisamente cuando se produce el desacierto de las respectivas autoridades, es cuando se rompe el equilibrio y se exasperan los ánimos dando en la yema del gusto, a los instigadores y alteradores del orden público, infiltrados que aparecen en todo lugar buscando desestabilizar en cumplimiento de conocidas y viejas consignas.

Que el caso sirva para meditar profundamente. Aquí en Talara en la década del 90 se dió un caso similar con la muerte trágica del hoy considerado mártir del movimiento obrero, nos referimos a Guilberto Herrera Carlín, quien perdió la vida en un violento enfrentamiento entre trabajadores que pretendían bloquear la Panamericana Norte a la altura de la quebrada 'Devora' con las fuerzas del orden.

Por aquella muerte los centros laborales de Talara y Negritos, vivieron días de tensión, desde entonces aprendiendo la lección, nunca mas la dirigencia llevó a sus trabajadores a vanos sacrificios. Los derechos se demandan en la via legal y no en la exigencia prepotente. Los empleadores también deben poner su cuota de esfuerzo para no llegar a ninguna forma de extremos.

DIRECTOR  DE  ASPETA
RICALDI  RAMIREZ RUIZ

No hay comentarios.:

Publicar un comentario