DESDE AUSTIN-TEXAS ESTADOS UNIDOS, DONDE CON LA VELOCIDAD DE LA VIDA QUE VA Y VIENE COMO UN SOPLO, UN VIENTO; INMEDIATAMENTE CONOCIDA LA MUERTE DE LUCHO ROMERO AGURTO, UN HERMANO, UN PERUANO, UN COMBATIENTE TALAREÑO ESCRIBIO:
EN MEMORIA DEL FLACO ROMERO AGURTO
Hay días que transcurren
lentos, monótonos,
y perezosos.
Pasan inertes y desapercibidos,
como fantasmas
que no quieren ser reconocidos.
Y hay días que fluyen
cristalinos, transparentes,
casi clarividentes.
Días en los que intuyes
en esencia, la maravilla
el milagro de todo lo que existe.
Son pocos pero son.
Y hay días
que estallan diferente,
y se revientan,
lacerantes y violentos,
en el más vulnerable
rincón de la conciencia,
y esos son los días
que nos hacen astillas la existencia.
Y es que el tiempo
muchas veces
indolente,
y otras despiadado,
traidoramente
nos acecha agazapado,
y en cualquier instante
nos sorprende inesperado
con la brutal noticia
que la dinámica vida
de un querido compañero
de la escuela
se ha acabado.
Y es entonces cuando
dolorosamente,
recién nos damos cuenta
que todos esos
alegres y traviesos
jovenzuelos
que alborotaban
el patio del MERINO,
durante esos fogosos años
del cincuenta y del sesenta
poco a poco,
paso a paso,
de uno
en uno
inexorablemente
nos estamos marchando
a esa otra dimensión
donde ya no hay tiempo,
ni tampoco olvido,
ni tampoco miedo,
ni tampoco dolor,
y ni tampoco muerte,
porque allí,
allí todo es etéreo,
esencia divina
y eternidad infinita.
27 de octubre del 2011
HILDEYARDO RAMIREZ PAREDES.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario