domingo, 30 de octubre de 2011

Editorial… Labor efectiva en defensa civil

Escribe:
Ricaldi Ramírez Ruiz (*)



Cuando sientas conflictos con mis ideas,
Reivindícate con las tuyas.

 En la medida que vienen los tiempos, estos se complican.  Vienen con una buena dosis de difíciles problemas que el hombre vive perturbado, corriendo presuroso tratando con todo esfuerzo de empatar las dificultades. Nos asemeja, correr detrás del viento.

Allí están las fotografías reales y cruentas en todo el globo terráqueo que exponen ya en un sitio o aquel otro, el dolor, la tragedia que vienen del inexplicable comportamiento de la señora naturaleza.  Terremotos, lluvias torrenciales, tornados, ciclones, tsunamis; otros etcétera.

A ello obligatoriamente hay que sumarle los otros sismos, terremotos sociales;  los que vienen vía el descalabro social y que como los anteriores ya el hombre, la sociedad se muestran impotentes para detenerlos.  Ya los primeros, como los segundos, a su paso van marcando hondo e irreversiblemente la vida del hombre.

Es  entonces cuando surge la justa y puntual interrogante, pero cómo puede existir una desigualdad en la ecuación, si en todos los lugares del planeta, los gobiernos se reúnen en esas famosas cumbres que llevan distintos nombres, para crear los mecanismos humanos que otorguen equidad, defensa frente al peligro?. Alguien, no con poca razón ha dicho: "mientras los gobiernos van de cumbre en cumbre, los pueblos van de abismo en abismo".

Y  cuando más reuniones se dan, más organismos, más célebres  discursos, mas potenciales y burocráticas reuniones se agotan; en dimensión directa, los males, los peligros que acechan, avanzan deteriorando, desmoronando, afligiendo el normal acontecer de la vida.

No hay o no se dan resultados valederos, nadie se salva o están excepto de ellos.  Hasta los países más grandes y con desarrollo comprobado de la ciencia, se pueden orondoniar desafiando, insuflando el pecho para decir que han vencido, y donde el peligro, el desastre es parte de la historia.

Cuánto dinero viene gastando la humanidad para defenderse, cuánto dinero gasta el Perú en tratar de mantener posturas con mecanismos como Defensa Civil, que al final de cuentas y muerto el combatiente, no recogemos, no cosechamos ningún saldo importante.  Son ciento sobre ciento de eventos, simulacros realizados  como respuesta de ellos, son muchas las eventualidades: terremotos, riadas, huaicos que nos han sembrado de incertidumbre y muerte.

Es como respuesta a ello, que aquí en el país cuando a los peruanos nos hablan de participar en eventos propuestos por "Defensa Civil", miramos con escepticismo y ya escasea la credibilidad. Sobre todo, cuando este organismo en muchos años se viene proponiendo hacerle la pelea a gravísimos problemas de entorno social.  Intervenciones, sanciones, multas, cierre de infraestructuras se dan pero a continuación el mal se multiplica, se vuelve más fiero que antes.

Frente a esta coyuntura insuperable es necesario de modo urgente el cambio del modelo, del procedimiento.  Hay que pelear y dejar atrás el "papelito", el expediente teórico y cursi, hay que provocar una renovación y actualización de los procedimientos.  Es la única forma de poder asegurarle a la población que intentamos crear verdaderos y sustentables mecanismos en defensa civil.

(*) Periodista
Director NoticiasTalara.Com
Prensa Digital

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