jueves, 26 de julio de 2012

POR: RICHARD KINBOLL




D E S D E     M I    E S Q U I N A

   
PRESUMIENDO  EL CONTENIDO DE UNA RESPUESTA PRESIDENCIAL

 Luego de mis cortas vacacione vuelvo a la palestra, ocupando mi cómoda y democrática columna que me concede el presente medio;  y lo hago, en momento que todos los peruanos, analizamos y ponderamos el peso de "La libertad" que no grita la Independencia Nacional.


Este medio digital, en su constante contenido, y sin bajar la guardia, ha venido predicando en su "primera palabra", la exigencia de escuchar al Presidente Ollanta Humala, en su mensaje del 28 de julio, mencionar, enumerar y exponer las soluciones que le merecen los 'dolores de parto' de la Capital petrolera del Perú.


Ha sido uno tras otro llamado de atención, una posición tesonera y consecuente.  Ya no habiendo tiempo para mas, la respuesta única y exclusivamente la tiene el Presidente.  No pretendemos enriquecer la ilustre capacidad del Presidente, teniendo el atrevimiento, de precisarle uno a uno los problemas mas urgentes que afligen  a Talara;  el Presidente como tal, debe conocerlos.


Sin embargo, haciendo gimnasia mental, y calistenia en las presunciones;  me pongo a pensar, qué sucedería en el caso hipotético que el Presidente Ollanta, no diga absolutamente nada de Talara?,  se salte a garroche y olímpicamente, las puntualizaciones del mensaje del 28 de Julio.  Me podían responder que como ya se produjo anteriormente con los otros presidentes y mensajes, la vida continuará normalmente, como lo dice Julio Iglesias en su célebre canción.


Es que presumiendo, pienso, que ahora la situación, la coyuntura es completamente distinto.  El momento político que vivimos es otro;  se trata en primer lugar de un nuevo gobierno que cumple el primer año de asumir la responsabilidad de la conducción del país, y por especial coincidencia, el partido nacionalista, deberá explicar sobre sus tesis del 'gran cambio' que ofreció al pueblo peruano.


En ese cúmulo de ofrecimientos de índole reivindicativos, nos topamos con los efectuados al pueblo petrolero de Talara.  El caso de la política petrolera en primer lugar, su promesa de revisar y de no extender mas allá de la razón e interés nacional, los contratos a petroleras que están ad-portas de expirar.  La revisión de la política laboral petrolera, que involucra el desconocimiento a derechos primarios y fundamentales de trabajadores explotados en las famosas 'services'.


Talara sin agua, a pesar que los oidos de los talareños zumban, escuchando que siempre se dice: "Agua para todos", pero Talara zona industrial no la tiene.  Talara sin salud, no tiene un hospital que obliga a reportarse a otras ciudades, cuando la gente se enferma.  Talara sin autonomía, la descentralización es una tomadura de pelo.


Si presumiendo estoy en la razón, el Presidente Ollanta, cargará en su 'conciencia nacionalista y revolucionaria', el sobresalto, el 'yo debo acusarme, yo me acuso', que no supo honrar con sus inquietadoras promesas conmovedoras de la credibilidad y esperanza de los Peruanos.  Talara es un pueblo pacífico, no creo que esté para revueltas; su presidente local, no tiene moral ni autoridad, para enfrentar social y constitucionalmente, como lo hacen otras poblaciones del Perú. EL y Talara, lo saben, y por qué?

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