lunes, 9 de julio de 2012

O P I N I Ó N



Los maestros y el futuro
Si la educación es la piedra angular de las reformas sociales, del desarrollo y engrandecimiento de un país, y el arma más eficaz para derrotar a la pobreza y la desigualdad, el maestro es el agente fundamental de ese gran cambio que no solamente educa y capacita a la persona, sino que es la fuerza motriz para que evolucione toda una sociedad hecha nación.

Alguien reflexionó acerca de que los países pobres y subdesarrollados están atados, en un círculo vicioso, atacados por una enfermedad incurable, a sus propias falencias y viven en desventaja respecto de las sociedades ricas y opulentas que, al igual que los tesoros materiales, han acaparado también el conocimiento, el saber, la ciencia y la tecnología, a partir de una educación de primera calidad.

Con etapas de excepción, nuestro país ha sufrido ese drama en la mayor parte de nuestra vida republicana, aunque es preciso recordar que la educación de élite, entendida como privilegio exclusivo de castas dominantes, fue un lastre, más que una herencia, que nos dejó la sociedad colonial.

En las últimas décadas hemos visto cómo el proceso de deterioro de las estructuras de la sociedad peruana, manifestado en incremento de la pobreza, insolvencia financiera internacional, economía primaria e incipiente, ahondamiento de las brechas de la desigualdad entre una minoría próspera y grandes masas aisladas y olvidadas, ha ido de la mano de la crisis de la educación básica y superior.

Uno de los actores principales de este proceso decadente es precisamente el maestro, en su condición de profesional asalariado, con responsabilidades familiares, necesidades cotidianas, legítimas aspiraciones hacia un futuro digno y, a la vez, como un elemento social clave para el futuro de nuestra patria, cuyo servicio a la sociedad es realmente invalorable.

En estas circunstancias, ser maestro en Perú es realmente un reto a la vocación docente, por lo cual, como lo ha manifestado reiteradamente el presidente de la República, Ollanta Humala Tasso, toda reforma educativa que tenga verdadera trascendencia pasa necesariamente por mejorar las condiciones laborales, profesionales y humanas de nuestros docentes.

El gremio magisterial, por su parte, si bien tiene legítimas reivindicaciones por sus derechos conculcados desde hace mucho tiempo, también tiene un deber moral patriótico de mantener viva la llama de la vocación por la enseñanza, ya que en el aula se incuba diariamente el futuro de los peruanos.

Como bien lo ha expresado la ministra de Educación, Patricia Salas, con ocasión de celebrarse el Día del Maestro, el Gobierno está firmemente comprometido con una política educativa que privilegie las condiciones de trabajo y la capacitación profesional de los docentes peruanos.

En tal razón, ha explicado la ministra, su sector está empeñado en realizar cambios sustanciales en la actual Ley de la Carrera Pública Magisterial, ya que dicha norma contiene muchas limitaciones que impiden la total reivindicación del gremio docente.

Una de estas modificaciones es abrir las puertas a los maestros para que puedan capacitarse, especializarse, ascender y mejorar económicamente en forma permanente superando las limitaciones actuales.

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