lunes, 9 de julio de 2012

E D I T O R I A L


LOS NIÑOS PERUANOS SE MUEREN DE FRIO EN PUNO


Claro, no es un tema para reclamar específicamente a alguien, nadie tiene la culpa de ello. Responde al lenguaje de la madre naturaleza, fenómenos imprevistos, pero que necesarios en el devenir de la ciencia, o tal vez no, siembran de drama y dolor la vida y seguridad de comunidades enteras en familias peruanas


Y este es el kit del asunto. La comunidad peruana, de la misma manera que está atenta y participa del devenir de todos los asuntos y materias que competen al desarrollo nacional; así como muchos sectores sociales, laborales, políticos, salen a las calles para hacer notoria su protesta frente asuntos de su competencia; de la misma manera deben pronunciarse cuando un pueblo hermano, familias, comunidades, agricultores, pequeños ganaderos, niños, encaran las vicisitudes y calamidades de la naturaleza.

Que la ciencia en el cumplimiento de su misión lo denomine fenómeno de la "Niña"; bueno, pudo llamarse de otra manera, pero indistintamente, es lo mismo. Responde a un orden de hechos que siempre han sucedido y que determinan las características de las regiones que componen el universo. Lo preocupante es que en los últimos años, esos fenómenos se profundizan, se vuelven mas crudos, virulentos a tal extremo que vuelve inhóspita la tierra donde viven seres humanos desde allende sus antepasados o ancestros.

Una historia mas que parecida ocurre en una región frígida al sur del Perú (Puno 4,000 metros sobre el nivel del mar), se ubica detrás de la Cordillera de los Andes, es zona fronteriza con Bolivia, tiene gran actividad agrícola, sus gentes conservan casi en un 60% el modus vivendis y usanza de la raza Incaica. Aquí en esta región la población enfrenta temperatura por debajo de los 5 a 15º C. . Temperatura no apropiada para la vida humana.

Como consecuencia de este mal tiempo que no da muestra de dar una tregua, el costo social que se paga por ello es demasiado alto, siendo que la mortalidad de niños que fallecen por el intenso frio, constituye una tasa muy elevada que exige en el Estado Peruano concentrar todos los mecanismo existente y otros a establecer, a efectos de otorgarle un tratamiento a tan álgida eventualidad. Si bien decimos, el Estado no acusa la responsabilidad de los hechos, su deber es brindar una medida que evite que mas niños sigan muriendo por la contingencia.

Muchos han sostenido con ligereza, que solución, es la que permita a la población afectada, abandonar la zona y busquen con el apoyo del Estado, lugares mas apropiados para la vida. Ellos, han respondido que no lo harán, pues consideran que el suelo es parte de sus vidas. Otros han pedido que se evacuen a la población infantil del lugar y ubicarlos en colonias donde crezcan alejados del frío.


De ese modo pudieran existir mil y una sugerencia, todas son importantes en la medida de inquietar la máxima atención del Estado en defensa de la vida de los conciudadanos. No es muy agradable que todas las voluntades del Gobierno, se concentren exclusivamente en regiones como Cajamarca, lugar donde no han escatimado inclusive en enviar al Ejército; y para qué y por qué?... para brindarle la seguridad jurídica a inversionistas; facilidades, esfuerzo peruano para que el extranjero se lleve el oro de esa región y no deba enojarse o plantearnos queja en los tribunales de arbitraje mundial.


El Estado Peruano tiene aquí una tarea de primer orden, mucho mas prioritaria que llevar un año, o quizá mas, en el asunto del oro de Cajamarca, mas o tan importante a los sucesos del VRAEN, o cualquier otra intención sediciosa que afecta al país. Lo del frío de Puno es peor que una conflagración armada, un terremoto, un tsunami; todos estos eventos tienen su tiempo y luego los escombros se reconstruyen, pero un frío permanente, merece un tratamiento con mayor humanidad.

DIRECTOR DE ASPETA
RICALDI RAMÍREZ RUIZ

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