lunes, 30 de julio de 2012

E D I T O R I A L



UN 28 DE JULIO DEL 2012


 Era un día especial, no podía ser como cualquier otro.  Tenía la característica que se concluía el primer año de Gana Perú y como mandatario de la Nación, el Presidente Ollanta Humala. Se concentraban en este día, mil y mas emociones, tensiones.  ¿Qué tenía que decir el Primer Mandatario, respecto a propuestas de transformación, cambios sociales que ofertó al país?.


A pesar que el Perú desde Tumbés a Tacna, del trapecio amazónico al Océano Pacífico, amaneció en calma;  las poblaciones, como procesión llevaban por dentro, la inquietud, la incertidumbre, el anhelo, las esperanzas, toda la mirada estaba puesta en la capacidad del gobierno, y su conductor Ollanta Humala.  Desde las primera horas de la mañana, el tradicional movimiento de tropas en las calles de Lima, luego el tradicional tedeum, y vino la gran primera sorpresa.


El Arzobispo de la Iglesia Peruana, Juan Luis Cipriani, durante el desarrollo de la Misa en memoria a la Patria, se arrogó una competencia ajena a los oficios.  Asumió impertinentemente la decisión de pronunciar un discurso, haciendo dualidad con las facultades que le correspondían al Jefe de Estado.  Al final de la jornada del día 28 de Julio, el pueblo peruano, recepcionó doble mensaje, el Constitucional en el Congreso de la República, y el que vino desde la Catedral de Lima.


Luego cuando el Jefe de Estado, ya encontrándose en el Congreso, y listo para iniciar su mensaje, todos los medios de prensa y la ciudadanía peruana, daban cuenta de la ausencia a la ceremonia y a todos los actos -llamémosles 'patrióticos'- de la familia Ollanta Tasso; integrada por los padres, hermanos y mas.  Este conflicto familiar que pocos peruanos entienden, constituye une enigma, una intriga. ¿existirá una explicación a tan sui-géneris enemistad ideológica, conforme los progenitores del Presidente, tratan de poner en ese sitio, la extrañeza y curiosidad del pueblo? 


Luego vino el tan esperado mensaje que cubrió una lectura de una hora cincuenticinco minutos, coyuntura motivadora, para que desde las hijas del mandatario, bostezaran por lo tedioso del discurso.  Algunos congresistas se quedaron dormidos, en todos los escenarios del territorio nacional, los peruanos se sintieron fatigados, al protagonizar el compromiso en ser testigos de excepción, de la recepción de una cadena de nueva promesas por realizar, desde curar el cancer de forma gratuita; la mayoría de estas acciones para el 2016.


Los analistas propios y extraños, y hasta los intruso japoneses de KEIKO Y kENYI FUJIMORI, ya se ocuparon en definir el mensaje.  La encuesta sobre el mismo de sincerarse, emitirán una desaprobación en el ánimo de los peruanos.  Ocurre, que los mandatarios, nunca han entendido que el mensaje a la Nación por el Dia de la Independencia Nacional, debe verter un contenido de encuentros y desencuentros propios de esa cultura, establecer las comparaciones históricos exactas, los avances generacionales y plantear en que sitio dentro del desarrollo mundial se encuentra el Perú.


En aquel discurso de los "recuentos", todo resultó vacío, impreciso;  nada por ejemplo de las derrotas militares y diplomáticas: En el Vraem y Proyecto Conga; peso específico para detallar el acuerdo con el sector privado sobre el pago de sobre ganancias en el sector minero y petrolero.  Todos los grandes temas donde se esperaban grandes y definitivas respuestas, han quedado pintadas en un hermoso libro de promesas para el 2016.  El mandatario aclaró que ya no será posible un hospital en cada provincia; por lo menos en ello tuvo la cabalidad de su sinceramiento.


No dijo nunca nada de la decisión que tomó el 28 de julio del 2011, de jurar el mandato por la Constitución Hayalatorriana de 1979.  Creemos que a la Nación Peruana, le asiste todo el derecho de ser respetada, y no se le ponga tan burdamente en el papel de ser marioneta de sinecuras, actitudes caprichosas, no propias de un mandatario, no propia de una postura a un Mensaje Presidencia.  

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