jueves, 23 de junio de 2011

OPINIONES…

Estrategias
Contra viento y marea (*)

Han pasado más de dos semanas que terminó el proceso electoral 2011 y a partir de hoy, publicamos algunos artículos orientados a generar corrientes de opinión respecto al análisis final de lo que fue la pugna por la presidencia de la República, desde la perspectiva de conocidos analistas políticos, sociólogos y comunicadores sociales. TalaraNoticias.Com pone a consideración de ustedes El trabajo de la periodista Fiorella Palmieri, quien hace un enfoque de las estrategias de la campaña. El por qué un candidato desahuciado pudo remontar cifras, vencer cárteles periodísticos y hacerse con la presidencia en su segundo intento. Aquí el informe periodístico.

“Más del 70% de la población quería cambios y el único candidato que los planteó fue Ollanta Humala. Esto fue decisivo para lograr un respaldo popular masivo”, dice el sociólogo e historiador Nelson Manrique, quien añade: “Después de veinte años de amarrarse el cinturón, la gente ya no esperó más. Ya no se pudo postergar ese conjunto de demandas. Todos los demás candidatos defendieron la conservación del modelo económico, sin tomar en cuenta los intereses de la mayoría de los peruanos que ahora han expresado su rechazo al sistema”.

“Hubo una demanda de reconocimiento de las mayorías nacionales en un país profundamente racista y discriminador. Hubo gente que cree que solo tiene derechos y no deberes, y que cree que otra gente solo debe tener deberes y no derechos”, señala.

Otro tema importante ha sido la lucha contra la corrupción. El escritor y comunicador Gustavo Rodríguez,  opina que Humala fue quien mejor abordó esta problemática. “Para un gran sector de la población ha sido un tema muy sensible, porque vieron en la corrupción una de las explicaciones de la pobreza y la falta de recursos del Estado”, dice.

Pero, además de los temas de fondo, ¿cómo consiguió Ollanta el apoyo popular que lo llevó al triunfo electoral? Según Gustavo Gutiérrez, la campaña publicitaria de Gana Perú dirigida al sector D y E fue clave para llegar a la segunda vuelta. “Puedes ver cómo se dirigió al chico mototaxista que tiene un hermano menor, a la colegiala embarazada, a los jóvenes en situación de riesgo. A ellos les dio un mensaje esperanzador y optimista muy bien logrado”, dice.

Por otro lado, la imagen del candidato también sumó puntos a favor: “Ollanta es un cobrizo de aspecto atractivo que además tuvo un discurso distinto al del político cazurro. Estos elementos lo convirtieron en un personaje interesante para un sector de la población”, dice el comunicador. Incluso su propio nombre generó identificación: “No olvidemos de que Ollanta es un nombre quechua, inspirado en un general. Mitterrand decía que un candidato debería ser el héroe creíble del cambio, y para un gran grupo de gente Humala lo fue. Es creíble y representó el cambio. Para algunos hasta pudo ser un héroe. No ha sido Obama, pero ha sido lo más parecido, para un sector de la población”, señala Rodríguez.

El analista político Fernando Tuesta Soldevilla coincide con el comunicador: “Humala es un personaje que canalizó bien el disgusto y la insatisfacción de la gente. El hecho de haber sido un militar que recorrió mucho el país y utilizó un lenguaje sencillo ayudó a que la gente se identifique con él”.

Sin embargo, asegurado su pase a la segunda vuelta, Ollanta Humala tuvo que vencer las crecientes de las ciudades costeras. Para el economista Humberto Campodónico, el juramento de Ollanta por la democracia “contribuyó a desterrar esa imagen de extremista que se le quiso imponer”.

“Era necesario moderar el discurso y tranquilizar a la clase media, que se asustaba con mucha facilidad, y eso se consiguió en las últimas semanas de la campaña”, señala Nelson Manrique.

Sin embargo, casi se pierde lo logrado con los cambios sucesivos de planes de gobierno, tan cuestionados por la prensa conservadora. “Hubo desconcierto en el equipo de Ollanta Humala. Dejaron que Keiko Fujimori tomase la iniciativa y los acuse por tener cuatro planes de gobierno. Esto pudo haberse rebatido si se hubiese dicho, a su debido tiempo, que el programa de Fuerza 2011 no era un programa sino una lista de metas generales”, añade Manrique.

Durante la campaña, Ollanta Humala proyectó una imagen pacífica. “No pisó palitos y no fue confrontacional. Pudo enardecerse y soltar alguna frase beligerante en defensa de la población de Puno pero eso lo hubiera perjudicado. Lo último que quería ver la gente era a un Humala enardecido. No olvidemos que su protagonismo mediático nació de un conflicto, y que tuvo autoimpuesta la aureola de la confrontación. La campaña de Humala tuvo en su receta la dosis adecuada de moderación que se requería. Sin ella no sería hoy el presidente electo”, dice Gustavo Gutiérrez.

Para algunos analistas, como Mirko Lauer, el apoyo de Mario Vargas Llosa y de Alejandro Toledo fue fundamental. “Fue muy importante obtener el apoyo de Vargas Llosa y familia desde el comienzo y lograr que Toledo se suba al coche. Estas adhesiones han ayudado a recaudar los tres puntos con los que ha ganado”, dice el escritor del diario La República. Sin embargo, Nelson Manrique y Fernando Tuesta piensan que ese respaldo habría servido de muy poco.

Manuel Saavedra, director de la encuestadora CPI, señaló una tendencia al alza en las encuestas luego de que Vargas Llosa expresara su apoyo al entonces candidato. “Es en ese momento cuando Humala empieza a recuperar votos y acortar la distancia con Keiko Fujimori. En las últimas tres semanas Keiko continuó bajando en los sondeos”, dice.

Fernando Tuesta compartió dos hipótesis que podrían explicar el resultado final de las elecciones: “La primera hipótesis es que sí existió un voto escondido a favor de Humala que no se pudo captar a través de las encuestas. Este voto escondido pudo estar dentro del grupo de personas que se negaron a contestar. Y la segunda hipótesis es que el porcentaje de votos que favoreció a Humala proviene del voto rural, que nunca se logra captar con precisión”, señaló.

Otro aspecto a favor de Humala fue su rendimiento en el debate. Manuel Saavedra considera que Ollanta “salió airoso” del enfrentamiento con Keiko Fujimori: “Todo el mundo esperaba que Ollanta leyera un discurso. Era el candidato que entraba a debatir como perdedor, en función de lo que fue el debate de la primera vuelta. Entonces causó sorpresa positiva el encontrarse con un candidato que tuvo un discurso articulado y que no leyó, aunque no sea brillante”, dice Saavedra. Y por el lado del contenido, el director de CPI agrega: “Yo creo que Humala fue más incisivo en las denuncias contra Keiko. Él aprovechó la ocasión para hacer dos acusaciones muy graves, la más importante de las cuales fue sobre las esterilizaciones forzadas, lo que finalmente resintió en algo el voto femenino de Fuerza 2011. Al día siguiente del debate aumentó el porcentaje de indecisos y de quienes iban a viciar el voto”, señala.

Por otro lado, Humala debe agradecerle a Correo, al grupo El Comercio y al grueso de la televisión. “Yo creo que muchos de los indecisos y quienes iban a votar en blanco cambiaron su voto en rechazo a esta campaña”, dice Saavedra. “La campaña de demolición no sirvió para provocar la reacción de miedo que se quería, sino que aumentó la desconfianza de los ciudadanos con relación al papel jugado por los medios de comunicación”, dice Nelson Manrique. Además, la campaña del miedo no logró ahuyentar los votos del grueso de su electorado: “Ollanta generó expectativas y confianza en los niveles D y E, en la clase más pobre y marginada. Y finalmente, son esos sectores los que votaron por él sin temor porque no tenían nada que perder. Es por eso que la campaña del miedo no funcionó”, dijo el director de CPI.

Aunque durante la primera vuelta las redes sociales fueron el campo de batalla de la campaña de PPK, en la segunda vuelta jugaron un rol a favor de Ollanta Humala. “El colectivo No a Keiko fue fundamental para favorecer la candidatura de Humala. Esta campaña pegó entre los universitarios y jóvenes del sector C”; señala Saavedra.

Finalmente, entre los factores no intrínsecos que favorecieron la campaña de Gana Perú cabe resaltar los grandes errores cometidos por el equipo de campaña de Keiko Fujimori. Para Mirko Lauer, “lo más grave fue el apoyo prestado por Pedro Pablo Kuczynski. No tenía ningún sentido moverse hacia la derecha cuando lo que había que hacer era moverse hacia el centro”, dice el analista. “Ha sido importante el conjunto de desatinos del entorno de Keiko Fujimori: Jorge Trelles alardeando que ellos mataron menos, la señora Martha Chávez amenazando al juez San Martín y la respuesta de Rafael Rey al referirse al tema de las esterilizaciones forzadas afectaron sustancialmente la campaña de Keiko en sus últimos días”, añade Nelson Manrique. Y eso que a él no le constaba que Montesinos fuera un asesino fue otro aporte de Rey al triunfo de Humala Tasso.    


                                                                                                                  (*) Fiorella Palmieri 
                                                                                                                                    Periodista

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