jueves, 7 de junio de 2012

RICHARD KINBOLL



D E S D E     M I     E S Q U I N A


EL CAPITALISMO SALVAJE Y SUS AGENCIAS ENGANCHADORAS.

Hoy como nunca se aprecia panorámicamente los efectos del capitalismo laboral que nunca dejó de ser salvaje. Formidable la visión profética de Haya de la Torre que en su obra cumbre "El antiimperialismo y el Apra, acota y se esmera en dejar expresa advertencia, del capitalismo en su definición ambivalente con rostro explotador.

Haya lo escribió en su obra política de 1924, y no se equivocó. Todo lo que dijo se ha cumplido al pié de la letra. "podemos negociar con el capital, pero debemos tener cuidado con el afán ciego de convertir en colonos mentales a los trabajadores, captados como súbditos, esclavos y sometidos a regímenes de explotación ciega.
Ese capitalismo graficado diestramente por el fundador del Aprismo, se ha paseado exhibiendo toda clase de rostros. Uno de los mas peligrosos es cuando la poderosa empresa capitalista, se metamorfica y se desdobla en tantas piezas y sucursales enganchadoras, para quebrar el ordenamiento legal-laboral, sometiendo al trabajador violentado sus derechos.

Todo el espectro de aquel capitalismo fraccionado en filiales enganchadoras, son las mismas que reagrupadas, vuelve a ser el monstruo imperialista que hábilmente demanda estabilidad jurídica al país, pero que cínicamente se niega en otorgar en favor de la masa trabajadora. Es el mismo sistema que cambia de colores según la ocasión, oponiéndose en país ajeno, a que los trabajadores se organicen en sindicatos, que tengan personería jurídica, que presenten pliegos de reclamos.

Cuando las autoridades del Perú quieran observar panorámicamente la exhibición de ese sistema, pueden venir a la provincia petrolera de Talara, y recogerán in situ, la agresividad del imperialismo laboral salvaje y en su máxima expresión. Nada de esto reportan las autoridades de los poderes de Estado, todo el sistema de gobierno nacional se encuentra absorbido, parametrado por las influencias y tentáculos del gran capital.

A ese paso que vamos, el Estado Peruano no ha garantizado nada. El hecho de facilitar la riqueza a manos de disfrazados inversionistas, es una pantomima que encubren espantosos contratos que afectan el interés nacional. Ésta es por ejemplo, la experiencia del proyecto capitalista de Yanacocha en el Valle del Conga en Cajamarca, el Gobierno del Presidente Ollanta tiene preso al Estado de Derecho, y sin respetar la consulta previa y el derecho de participación de Cajamarca, a raja tabla quieren que el oro, lo exploten y se lo lleven las transnacionales.


El enganche es el peor agravio al trabajador peruano, mediante este sistema se saca la vuelta a la ley. Es un sistema anacrónico inventado por el capitalismo salvaje, origina que mientras los gobiernos le oferten mayores garantías a su presencia, la injustica laboral va a subsistir y se hará imposible que se logre la paz como símbolo de poner fin a los sempiternos conflictos como se aprecia en Talara.

Lamentablemente desde los gobiernos de Toledo, García Pérez y hoy Ollanta Humala, prometieron proteger al trabajador de las garras del enganche laboral; ninguno de ellos cumplió, mas bien en el actual gobierno se afianzaron medidas de atropello y desconocimiento. El enganchador, molécula de su principal en el actual momento ha multiplicado el conflicto. Es el verdadero rostro del enemigo social que se interpone a la paz que conviene al país y quiere el trabajador peruano.
  

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