martes, 5 de junio de 2012

RICHARD KINBOLL



D E S D E    M I    E S Q U I N A


¡LOS DESAGÜES SE PASEAN YA!


Esto ya resulta el colmo de los colmos. Si fuere que todo deviene sólo de la acción del tiempo que envejece monumentos, grandes y hermosas estructuras, se vería la forma de ser comprensibles, pero saber que en todo existe una monstruosa irresponsabilidad, no es para que nadie se quede callado.

Lo que viene ocurriendo en la ciudad de Talara es muy doloroso, preocupante. La población de seguro debe encontrarse enferma afectada de diferentes dolencias. Todo producto del descuido, la incapacidad, la desfachatez de gente que responden al nombramiento en la categoría de funcionarios, pero que funcionan al revés.

He llegado al extremo de preguntarme que pasa con esta ciudad petrolera, una ciudad pudiente, que cuenta con ingentes recursos, pero que le ofrecen trato de cenicienta. Nadie entiende los terribles contraste que se dán en ella; una ciudad sin una seguridad de contar con sus servicios básicos de agua, energía, hospital, buenas pistas, buenas autoridades.

Entiendo que toda disciplina, ciencia es y debe ser preventiva. Sabemos que todo sistema, toda obra humana tiene una edad máxima de vida. Lo saben esto las autoridades?.. entonces por qué se duermen en sus laureles y nunca atinaron en guardar pan para mayo. El sistema de desagües de la ciudad data desde 70 años atrás, entonces por qué hemos esperado sin preocuparnos que lleguen al colapsamiento, y ni aún asi, se avocan a tomar medidas?.

Sin la intención de exagerar ni dramatizar en el caso grave de la ciudad de Talara, para señalar que en los actuales momentos, casi el 80% del sistema de desagúe en toda la población está muriendo y sale a la superficie a despedirse de la vida, regando inmundicias y pésimos olores. Muchas veces, el pecado se encuentra állí exhibiéndose a la impunidad, sin que nadie de los responsables muestre el menor resquemor de la conciencia.

Todavía se podría llegar a comprender que a una ciudad la maltraten, negándole recursos para sus obras, servicios, necesidades; pero, dejarla a la intemperie, abandonada, rebosante de mil peligros para la salud, ya se torna incalificable. Los grados de peligro, infección, epidemias seguramente que yá los llevan muy dentro todos y cada uno de los pobladores y vecinos de esta población.

Talara hoy en día es como un volcán que erupciona lava putrefacta, es como un río que recorre la ciudad, avdas, parques, urbanizaciones, conduciendo mal aliento, peligro sanitario. Talara es una ciudad afectada por una contaminación que viene desde los cuatro suyos: El Puente del Cono Norte, los mercados que expelen suciedad, roedores y alimentos sin control sanitario alguno, la tugurización con poblado de los cerros y terrenos accidentados. Todo esto nos dan el título de calamidad, y nuestro mar contaminado.

¡ Los desagües llegaron y pasean ya ! , es la frase que se escucha en todos los circuitos de la ciudad, y mientras las calles están gritando pidiendo auxilio, las autoridades encerradas indiferentes refrescándose con sus aires acondicionados en sus oficinas. Que falta, que necesitamos para superar esto?.. a lo mejor falta dinero, eso no, Talara recibe mas de 60 millones al año por derecho de Canon. Que falta entonces?... Falta: voluntad, responsabilidad, consecuencia, lealtad con un pueblo que generosamente les brinda satisfacciones como una sierva, mientras que en respuesta recibe desprecio y abandono.

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