martes, 12 de junio de 2012

E D I T O R I A L



TALARA ESCUCHA:
"EL QUE NO LLORA NO MAMA"

El tiempo es prudente y los pueblos asumiendo mucha cordura, sensatez, han esperado que el gobierno del Presidente Ollanta Humala, se ubique bien, examine los vericuetos del arte de manejar y gobernar la Nación. Aquí en este país, nadie podrá anunciar imprudencias, provocaciones, de las diferentes ciudadanias, etnias, demandando el cumplimiento de las promesas del matrimonio electoral.

Aquí nadie le ha puesto el puñal en el pecho al Gobierno. Vienen transcurriendo ya 17 meses, tiempo ponderado, mas que suficiente para haberse acomodado bien, haber recogido cifras, estadísticas, estado de cuentas, reservas como se recibió el país, completa libertad para elegir y colocar a Ministros, técnicos, asesores; todo en su lugar. Recordemos que el Presidente juró por la Constitución de 1979 a su libre albedrío.

Transcurrido el tiempo mas que suficiente, el -25%- del total de gobierno, cada pueblo ha comenzado a cotejar la implementación de acciones con los contenidos de la "Hoja de ruta", documento donde expresamente contiene los cambios, necesidades contractuales que se establecieron entre candidato y ciudadania. Por ejemplo todo el Perú sabe, y con mayor precisión el pueblo de Cajamarca, que el hoy Presidente Humala, suscribió el compromiso de no impulsar, no dar pase al proyecto de Yanacocha. Y con otros pueblos ocurrió lo mismo.

Aqui es donde viene la 'madre del cordero', pues de las comprobaciones que efectúan los pueblos, se verifica que alguien no está cumpliendo con su palabra. Y no constituye ninguna forma de delito, cuando un ciudadano en este país, dentro de su irrestricto derecho de opinión diga: "El que incumple sus promesas debe dejar el cargo e irse a su casa". La opinión no es rebelión.

Es cierto que nuestro país, está logrando una estabilidad económica, de primer orden mundial que obliga a mantenerla y a convertirle en sostenible. Es importante entender que hoy en el mundo, las economías deben globalizarse y los paises adecuarlas a los sistemas que se aplican buscando consensos eficaces, que invite a todas las naciones hablar con el mismo idioma, regirnos con la lectura de las mismas leyes universales.

Pero tambien es correcto que no equivoquemos las responsabilidades jurídicas prioritarias para ciudadanos y pueblos a quienes se les representa. Todos diremos hasta donde sea permitido que las inversiones del sector privado deben venir para impulsar el desarrollo. Si, al desarrollo, pero de ninguna manera podemos permitir que por inversión se monten abiertos procesos de explotación salvaje, donde no se respeta la estabilidad jurídica del país posponiéndola al interés de lo foráneo. Esto ocurre en Talara.

Esta controversia, llamémosla por ahora asi, respetando el derecho a la duda que merece el gobierno, viene siendo la causa, que distintos pueblos levantando banderas de descontento y demandando que el Perú aplique y desarrolle la transformación de las infraestructuras nacionales, emplacen que el Presidente Humala no deje de reconocer dos de sus principales premisas: La consulta popular y la Inclusión Social.

La mayoría de pueblos van por ese sendero, es una lectura que el Ejecutivo no debe subestimar. Y considerar que otras regiones, provincias ya se organizan en ese camino de la protesta. Tambien es una gran lección para Talara, quien tiene razones abundantes para haber ido adelante en sus demandas, y mas bien, dá la impresión que no valora sus derechos; a sus autoridades y representantes para recordarles que: "quien en la vida no llora, no mama". Ojalá Talara se de cuenta y despierte.


DIRECTOR  DE  ASPETA
RICALDI  RAMIREZ  RUIZ

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