jueves, 3 de abril de 2014

CRÓNICA : EN ANCASH VICTIMARON A UN TALAREÑO

Aproximadamente discurría la década de los años 30.  En el mundo estaba de voga la marina mercante que reclutaba jóvenes marinos de todas partes del mundo.  El Perú, era tierra predestina de arrojados, curtidos, valientes hombres de mar.  Talara, Lobitos, Zorritos, eran cuna de esos extraordinarios hombres que nacieron para la audacia.

Entre toda esa contingencia, valía de autenticos marineros, destacó la presencia de una camada, muchachos integrantes de familias: Nolasco Ramirez, Ramírez Panta, Patterson Ramírez.  Ellas, dieron la tierna vida de sus hijos al mar, a los grandes viajes dando la vuelta al mundo, yendo de puerto en puerto, la mayoría de ellos no regresaron al terruño fácilmente; otros no volvieron nunca.

De estas familias se embarcaron y se ausentaron lejos de sus padres, hermanos, jóvenes esposas: Joaquín, Felix, Atalisio, Esteban, Teófilo, Artemio.  Combinaban sus apellidos entre los Nolasco, Ramírez.. Esteban el único gringo, apellidaba Patterson Vinces, por historia diferente.

Entre ellos el que no volvió a la patria fué Joaquín Nolasco Ramírez, quien con mayor suerte navegó en grandes barcos petroleros y, a su relevó, vencida su pasión por las cicatrices de los años, se quedó a residir en Nueva York en los Estados Unidos.

La historia de este avezado marino talareño, describe que en un viaje al Perú (Chimbote), como toda leyenda de buenos marineros, visitaron los pueblos hermanos de la vieja demarcación de Ancash, donde se prendó en amores con un agraciada paisana, allí, quedó un infante, un heredero, un Nolasco, a quien la madre por indicaciones de cartas que iban y venían, le pusieron por nombre EZEQUIEL NOLASCO.

Al promediar la década de los 70, Joaquín vencido por los recuerdos y golpes de la conciencia, viene al Perú indagando por el hijo del cual solo tenía un lejano e infinito recuerdo.  Estableció una transitoria residencia en la ciudad de Trujillo, donde confesó sus secretos a su primo don Teófilo Ramírez Vinces.

La suerte pródiga, al hombre que dió rienda suelta a sus grandes sentimientos, hizo que Dios le deparara un encuentro con su destino.  En Ancash, depués de un tenaz rastreo, como experto viejo lobo de mar, el destino le pemitio reencontrarse con su hijo EZEQUIEL, hombre ya maduro a quien encontró con hijos, esposa.  Su alegría fué tanto, que lo encontró como el lo quería, convertido en un luchador apasionado, un mártir de sus controvertidos sueños por forjar el derecho de esa tierra (Ancash) que lo cobijó convirtiéndose en su cuna y sepultura.

Ezequiel Nolasco, el destino lo ubicó como el Consejero del Gobierno Regional de Ancash, victimado por la mafia un 15 de marzo del 2014 (Huacho).  La historia revela este hermoso pasaje de un hombre de temple, firme, gran luchador, anteriormente los sicarios del crimen organizado victimaron a su hijo, ni siquiera aquel dolor lo hizo retroceder.  La familia Nolasco Cherre y Ramírez Ruiz de Talara, encargan esta crónica imperecedera y una gran muestra de gran unidad correspondiente  a la gesta de una familia del puerto de Talara qu nació para la lucha. 
   

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