martes, 1 de noviembre de 2011

Editorial… Finalización del año escolar

Escribe:
Ricaldi Ramírez Ruiz (*)

Cuando sientas conflictos con mis ideas,
Reivindícate con las tuyas.

La finalización de todo año escolar debe concedérsele todo el esmero que se expone para el acto de matrícula e iniciación del mismo.  Según recomendaciones expresas que ya viene haciendo el Ministerio de Educación: direcciones regionales, ugeles y directores de planteles tienen el deber de llevar este proceso, con todo el esmero, planificación semejante que se pone al iniciar un nuevo año de estudios. 

La recomendación expresa tácitamente que si bien el primero se refiere al esfuerzo concentrando experiencias, motivaciones, recomendaciones, enmiendas que establece el sistema educativo como un proyecto renovable al inicio del año escolar;  por el otro lado, se refiere a la comprobación de esas experiencias y resultados.  Son dos caras de una misma realidad. 

Al referirse expresamente las autoridades del sector educación a la finalización del año escolar 2011 que ya está ad-portas se deja plena constancia que las unidades de control dentro de las ugeles no determinen la finalización del mismo, hasta que no se haya cumplido con el dictado de las 48 horas/año de clases lectivas.  Ningún plantel cerrará sus actividades académicas mientras no hayan cumplido con este requisito.

Otra de las lecturas expresas que se puntualizan, es la referida al control del proceso de enseñanza, comprobación, evaluación.  Se registra una exigencia en este punto, en tanto las experiencias de años anteriores certifican haberse introducido muchas irregularidades, plagios, tráfico de notas.  Viene esto a raíz que la Asociación de Rectores de la Universidad Peruana, cursó una comunicación al Ministerio, recomendando que se agote todo el esfuerzo en el nivel secundario dado los bajos e increíbles conocimientos de alumnos egresantes en los exámenes y materias de ingreso a las universidades.

Los directores de planteles secundarios de preferencia deben convocar a los padres de familia, para juntos planificar en mérito a estas recomendaciones el final del año escolar.  En ese punto es importante e indispensable la presencia del padre i/o apoderado para que certifique que su pupilo también ha venido cumpliendo con  sus obligaciones y no existan los riesgos de años anteriores de  súbitas deserciones.

Precisamente desde los meses de setiembre a diciembre en los años anteriores, la tasa de abandono era alarmante.  Efectuado con posterioridad, censos y otras consultas con los mismos alumnos, ha quedado establecido que el fenómeno de la deserción se registraba por: 1) bajo o nulo rendimiento; 2) nulo control del padre i/o apoderado; 3) nula coordinación entre la entidad educativa y el hogar seno de formación del educando.

A todo esto, debe agregarse que el fracaso de un alumno como consecuencia de estos factores trae consigo como valor agregado, la complicación social en el hogar, así como la inestabilidad futura del estudiante.  Por experiencia alumnos, alumnas que abandonaron la escuela, no regresan a sus hogares coinvirtiéndose desde entonces en parias, cargas sociales que luego más tarde terminan en malos caminos o integrando pandillas delincuenciales juveniles.

La finalización de un año escolar es un tema de suma responsabilidad, de allí las recomendaciones que con mucho esmero viene destacando la nueva Ministra de Educación en un proceso de  grandes cambios que se han ofertado al país.  Esa es la razón principal para que todos, desde las autoridades, organismos de vigilancia y control ciudadano realicen seguimientos, chequeen, recomienden que se cumplan las medidas que se vienen expresando.

(*) Periodista
Director NoticiasTalara.Com
Prensa Digital

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