viernes, 18 de noviembre de 2011


O  P  I  N  I  Ò  N

PERDER EL TIEMPO.-


 
Los cientos de titulares en los diarios y las decenas de horas de televisión, dedicadas exclusiviamente a debatir y denunciar el caso Chehade y la banda de los "come oro" y "roba cable", es signo preocupante de vacío ético y moral en nuestra representativa clase política nacional.

Y más peligros aún, que todo el esfuerzo de los miembros del Congreso, y la atención misma del Ejecutivo se desoriente del objetivo primordial que debe ser gobernar el país, para centrar su atención en escándalos con evidencias claras de corrupción y que a la postre podría fragmentar el frágil status quo del país.

En estos últimos 100 días de gobierno de Ollanta Humala, la gestión ha estado manchada por el color de la corrupción que destilan escandalosos casos como el de Armando Romero, de Gana Perú,  implicado en actividades de minería informal en Madre de Dios, o el de Cecilia Anicama y su afición por la piratería de cable; sin perder de vista las andanzas del hermano menor de Humala, Alexis y sus relaciones con los rusos.

Estos casos, como otros más que involucra a otros congresistas y que no han tenido mayor trascendencia, demuestra que a muchos de nuestros políticos los mueve la codicia, tanto económica como de poder, además de una sobredosis de egolatría.  Mucho de ellos quieren fingir poder, ser reconocidos y aplaudidos, así tengan que matar y robar para ello.

Y por desgracia no de dan cuenta que actos como estos, lo único que han conseguido hasta ahora, es hacer perder el tiempo a los miembros del Congreso y debilitar al gobierno de Humala, como es el caso de Omar Chehade, vinculada abiertamente al presidente Humala y hoy convertido, además, en una enorme roca en su gestión promocionada con su lucha sin cuartel ante la corrupción.

Hoy en el país hay temas de enorme interés en el cual deberían agotar su esfuerzo el Congreso y el Ejecutivo.  Está el caso de la minería informal y la inseguridad ciudadana;  la reforma de la Educación y también las promesas de gobierno, sin embargo, los pasos descarriados de los congresistas son los que se llevan los titulares periodísticos, parte del presupuesto del Estado en investigaciones y también la atención de los Padres de la Patria.  Ironías de la clase política nacional que también debería ser sometida a una reforma estructural.

EDITORIAL DIARIO LA HORA
.DIA 17-11-2011.

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