viernes, 26 de julio de 2013

 EL PAPA PERONISTA
 
 
Leonardo Boff es, junto con Gustavo Gutiérrez, uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. En 1984 fue sometido, por parte de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, a un proceso, y en 1985 fue condenado a un año de ‘silencio’.
 
En 1992, por nuevas desavenencias con el Vaticano, colgó los hábitos. Es filósofo, escritor, profesor y ecologista, y ha publicado un libro Francisco de Asís y Francisco de Roma, donde analiza la ruptura que el Sumo Pontífice está realizando en la Iglesia. Define al Papa actual como alguien que trae esperanza, alivio y alegría de vivir y pensar la fe cristiana. “La Iglesia volvió a ser una casa espiritual”.
 
Dice Boff que Francisco rehabilitaría a los más de 500 teólogos condenados por la Iglesia durante los años de Ratzinger y Wojtyla, aunque considera que no lo hará mientras viva Benedicto XVI. Además, dice Boff, Francisco hará un llamamiento por que los gobiernos escuchen a las calles, escuchen a los jóvenes, a quienes exhortará a inaugurar una nueva fase de la Iglesia. Francisco, según Boff, antes de ser elegido Papa, “era adepto de una de las vertientes de la Teología de la Liberación, que era propia de Argentina, y que es la teología del pueblo, la teología de la cultura popular”. Explicó: “En Argentina predominó una vertiente que viene del justicialismo”, y afirmó: “Francisco siempre se entendió a sí mismo como un peronista, un justicialista. Él defendía traer a los pobres como participantes, y que no hay solución para los pobres sin su participación. Esto es la Teología de la Liberación, y quizás sea hasta bueno que él, como Papa, no esté afiliado a teología alguna. Son sus nuevos aires, nueva música, nuevas palabras para viejos problemas que nos permiten pensar en una nueva primavera de la Iglesia”.

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