URGE FRENAR CHANTAJES DE FUJIMORI.

El exdictador Alberto Fujimori –condenado por delitos de corrupción y lesa humanidad- ha fracasado en sus artimañas para obtener el indulto. Intentó luego el “arresto domiciliario” y, actualmente, está empeñado en vengarse de uno de sus jueces: César San Martín. El paso siguiente de su estrategia sería promover la compasión de la ciudadanía buscando respaldo electoral a su hija Keiko, quien no vacilaría en firmar la gracia presidencial que, a todas luces, es un imposible jurídico.

 Que, en este contexto de frustraciones, su cancerbera Martha Chávez anuncie que “el día de su justa y plena reivindicación está cada vez más cerca”; y que, simultáneamente, el cardenal Juan Luis Cipriani –siempre dispuesto a un explicable voluntarismo a favor de todo lo fujimontesinista- diga que “hemos conocido los correos del juez San Martín y creo que esa herida quedó abierta”, es mucho más que mera coincidencia, a sabiendas que – Mario Vargas Llosa dixit- “representa a la Iglesia más reaccionaria, intolerante y fanática”. El escándalo López Meneses, sin duda, es parte del tinglado y del sistemático chantaje.

 Ya en el año 2010 la mafia fujimontesinista fracasó en su propósito de impedir que San Martín fuera elegido presidente de la Corte Suprema y, por tanto, del Poder Judicial. Entonces fueron difundidos los e-mails manipulados -y ahora reeditados- para generar la idea de que el citado vocal supremo es jurídicamente incapaz y que la sentencia condenatoria de la sala penal que presidió había sido digitada desde el extranjero.

 Que un magistrado, a la vez académico, busque información para iluminar cualquiera de sus resoluciones –con mayor razón si tiene trascendencia jurisprudencial, técnico-jurídica e histórica- no lo descalifica. Lo enaltece y confirma su probidad, ética profesional y responsabilidad jurisdiccional para librarlas de posibles errores y/o deficiencias. Iniciativa diametralmente opuesta al sumarismo autoritario de los jueces “sin rostro” que actuaron cumpliendo ucases o consignas.

 Ha trascendido que, dentro de la reciente difusión con fines de desacreditar la condena y abrirle las rejas a su jefe, los operadores mediáticos del recluso Fujimori están agregando otros supuestos correos electrónicos y que hay toda una planificación que se suma al uso histriónico de las enfermedades propias de su edad y circunstancia, cuando es inminente una nueva condena en el proceso relacionado con la “prensa chicha” que, por el momento, han paralizado.

 Las absurdas pretensiones y los privilegios penitenciarios del condenado por los crímenes de los Barrios Altos y universidad La Cantuta de Lima, deben terminar dentro de la ley. Es muy sospechoso que su ocasional abogado reciba un sobre con los e-mails torpemente adulterados y que, al mismo tiempo, sean mostrados en un programa de la televisión. Procede, por ello, que, cuanto antes, el Poder Judicial tome la iniciativa que corresponda para un peritaje internacional que desenmascare a los autores del esperpento.

 Las presiones que, en pro de la improcedente libertad de Fujimori, se ejercen sobre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, incluido el Consejo Nacional de la Magistratura, ya desbordaron la racionalidad y colmaron la paciencia de la ciudadanía. Todo indica que la cruzada contra el Estado democrático de Derecho y sus instituciones seguirá con otras maniobras y complicidades fríamente calculadas.