martes, 28 de enero de 2014

PRIMERA PALABRA

LA CALLE SE RESPETA
 
Se convierte en una de las principales puertas por donde se cobija la inseguridad ciudadana. El Estado Peruano, y seguramente muchos otros, gastan muchos esfuerzos expresando su preocupación por las consecuencias in-crecendo del fenómeno.

El Gobierno del Perú en el curso de todo el año, anuncia la compra de ciento de patrulleros -ahora les denominan inteligentes-; inversión en implementación de sofisticadas herramientas, gastos enormes de armas, balas de goma, gases que equivocadamente van en dirección de pueblo y, hasta aumentos salariales para la policías creyendo que puede lograrse potenciar los esfuerzos. Apreciando que los resultados no aparecen y son muy desalentadores.

Todo parece inverosimil, enormes presupuestos y no damos en el clavo. Los índices de la delincuencia, el crimen organizado sigue ganando y de largo el partido. Las cifras son escalofriantes, ni los mismos policías peruanos se salvan de terminar tendidos muertos por un buen números de balas.

Así es el panorama desolador de las calles en la mayoría de ciudades del país. Las cámaras electrónicas de vigilancia son vivos espejos, que como películas exhiben las diestras intervenciones de las bandas organizadas que ingresan como Juan en su casa, asaltando bancos, tiendas comerciales, farmacias; nadie tiene corona, nadie se salva.

La ciudad petrolera de Talara, que por la naturaleza de la actividad que procesa, debería estar altamente protegida, acusa todas las inseguridades, a tal extremo que hasta los ductos que conducen el crudo a la Refinería son violentados siendo los robos y las pérdidas alarmantes. En el curso de los últimos tiempos hasta los delincuentes se dieron el lujos de construir "Refinerías Clandestinas". Y nadie vió quién y en que momento se cosntruyeron.

¿Cómo se pretende cortar la columna vertebral al peligro, al delito, si las mismas autoridades autorizan y protegen a seudos empresarios a que realicen costosos eventos bailables en la calle?. Ahora el alcalde de Lobitos, para fortalecer el ego de su candidatura a la alcaldía provincial, organiza peligrosos bailes en la mismas playas del turístico distrito.

Las cadenas de tiendas que promocionan "negocios monederos" instalan bulliciosos aparatos musicales, afectando impunemente las calles con los efectos de la contaminación sonora. Lo propio lo hacen muchos negocios, Bancos, Gremios religiosos. Todo este desorden, es caldo de cultivo a fomentar la generación del virus de la imparable delincuencia.

Para mala suerte, Talara tiene fama de ser ciudad pudiente; esta opinión que no es cierta, da lugar a que de muchas provincias vengan integrantes de peligrosas bandas de malhechores instalando y fomentando el peligro, comercializando y traficando con la droga. El desorden en los mercados donde pululan en todas las Esquinas los marcas, determinan que la Calle es virulenta y acecho de inseguridad ciudadana. lo peor es que ningún Ministro, congresista, autoridades de la justicia, del Ministerio Público nos visita. Estamos en esas peligrosas condiciones. 

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