viernes, 6 de junio de 2014

LA PRIMERA PALABRA.

LAS PROMESAS CUANDO SE VUELVEN QUIMERAS

A pesar que nunca gustó por ser precisamente un buen orador, ni mucho menos un encantador de serpientes; vino el Presidente Ollanta Humala a Talara, provocando toda una estela de espectativas.  La población de Talara estaba ansiosa, por no decir desesperada, por conocer el mensaje presidencial; principalmente en el  codicioso tema del proyecto de Modernización Refinería Talara (PMRT).

La mera verdad es que a esta gran provincia petrolera, se le ha gobernado con las fórmulas y tesis del descuido, desprecio, orfandad.  A pesa que no es un pedazo de suelo territorial insignficante, micio, intrascendente. Después de los grandes aciertos dados por el gobierno de las FFAA (1968-1979), penoso es puntualizar que en adelante, se le miró, trató, con cara de entenado. Belaunde segundo gobierno, no supo reivindicarse; García le mintió, Fujimori la castigó con un terrible receso social después de la privatización; Toledo la convirtió como la despensa de sutilezas, ambiciones, Petroperú fué su "Caja Chica".  Todos ellos , incluyendo ahora a Ollanta Humala, la pasearon con el sueño del PMRT.

Sotienen optimista y soñadores que el acto del 29 de mayo 2014 en la "Colocación de la Primera Piedra", es un capítulo esperanzador que cambiará el rumbo de la Historia.  Con nuestra opinión, no queremos contradecir, desanimar, desalentar a nadie.   Cada quien vive encapsulado en sus propias esperanzas y ese es su derecho.  Pero, como aprendimos de ese gran principio que dice:  "El que dice la verdad no miente", aquí con esta opinión, damos rienda suelta a otra realidad.  Lamentamos por este principio no pensar igual y desalentar a los promotores de un histórico engaño.

Si sabíamos, que el Presidente Humala conocía la historia de Talara, sus penurias, su retrazo y desatención.  Lo dijo desde los prolegómenos de su campaña para llegar a la Presidencia. Utilizó bien los tiempos y estategias, recurrió a la falacia, la ficción en las promesa; vale decir nos encandiló con pajaritos en el aire.  Frases prefabricadas como: "Tu eres el dueño del hidrocarburo, tú eres el dueño y no el inquilino, de ahora en adelante con mi gobierno te vestirás los pantalones largos, se acabó la historia del cholo y la mano de obra barata".  Estas versiones extraidas de su discurso pronunciado en zona petrolera, no las alargamos, para no afectar a los lectores de contaminación mental con estas grotescas versiones camino a convertirse en quimeras. 

Al subirse al estrado impostando otras renovadas promesas, al lado de Eleodoro Mayorga (Interoil), con el respaldo de Miguel Castilla el autor de la ley 30130, de un comodín como Presidente de Petroperú, la co-gobernante primera dama de la Nación, y, toda su delegación palaciega; volvió a llenar de gases los corazones, esperanzas fatuas, y los estómagos llánguidos de una juventud talareña ávida de otorgar sus fortalezas por un trabajo.

Ollanta Humala el Presidente de la "Gran Transformación, que luego se redujo a una simple Hoja de ruta, y seguramente mas adelante en un poema", nos reporta a la realidad, cuando recordamos sus grandes anuncios de: Un Hospital para cada provincia, balón de gas a 11 soles, Consulta popular a los pueblos originarios y a los que poseen riqueza  (La misma riqueza petrolera que hoy está en manos de poderosas empresas extranjeras).

Aquel mismo Ollanta Humala nos volvió a engatuzar, sin ningún "papelito manda", resoluciones, decretos sustentables de ningún orden, nuevamente dejó esperanzado al pueblo petrolero con: Agua, Hospital, Universidad, trabajo digno, seguridad ciudadana, comisarías, mas policías, justicia.  Se acabaron los cotratos petroleros lesivos dijo.  "Talara es dignidad", remarcó.  Talara, volverá a tener sus vuelos comerciales enfatizó.  "Yo volveré aquí en cuatro o cinco años (cuando ya no esté en el gobierno) y por ahora les dejo esta primera piedrita como para que no me olviden de mi".  Fueron las famosas promesas, que ojalá no se vuelvan quimeras.  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario