martes, 17 de enero de 2012


< REALIDAD PETROLERA >



LA SEGURIDAD CIUDADANA ARRASTRA LOS PIES


 NO hay que engañarse, ni permitir que a comunidad le mientan impunemente haciéndole creer que existen esfuerzos, se gastan dineros en implementar políticas de seguridad ciudadana, que no funcionan porque en este Perú, nos hemos acostumbrado en hacer las cosas fraudulentamente.

En otros pueblos peruanos, por lo menos se perciben la intención de entes y autoridades por corregir, neutralizar, paliar, defender a sus vecinos.  Sin embargo, aquí en la Provincia de Talara, la situación es clamorosa con crímenes, asaltos a plena luz del día evidenciando un estado de cosas muy alarmantes.

En buen romance si alguien cree en este medio que está trabajando en seguridad ciudadana, para desengañarla y responder que todo no es mas que un sueño de opio, la ciudadanía ahora peor que nunca, está expuesta a miL penurias, mientras las autoridades responsables, no saben ganarse el pan con honor, responsabilidad, verguenza y sudor en la frente.

Cuando un ciudadano va a un comisaría a interponer una denuncia por el crimen cometido en su contra en la calle, surge el entretenimiento, la pérdida de tiempo, las engorrosas e inútiles cuestionarios, atestados; sigue siendo la 'casa del jabonero', no se tiene ninguna esperanza de ser asistido con esmero e interés por los daños sufridos contra la persona.

Una empleada de Petroperú, este último sábado 14 de enero, fué asaltada, despojada, golpeada  en la misma puerta de las oficinas de ENO. con dos vigilantes al frente que permanecieron increiblemente con los brazos cruzados antes de cumplir con  su deber.

La PNP. de Talara fue puesta en conocimiento de los hechos, lamentablemente, una pèrdida lamentable de tiempo, en razón que no cuenta con los mecanismos ni la capacidad para ocuparse de una investigación. Mínimamente pudo solicitar a la agencia bancaria el video de la cámara en el horario preciso que la ciudadana retiró el dinero que motivó el asalto. Nada de nada, todo es pura pantomima y pérdida de tiempo, en esa delegación policial, no existe capacidad ni voluntad para encarar la batalla que por largo margen va ganando la delincuencia en las calles de Talara. 

Y bajo ese panorama se opera una seguridad ciudadana insoluta, inutil, sin respuesta.  La calle de la ciudad, es desde siempre la calle del delincuente, las cámaras de seguridad de los bancos mudas no sirven para nada, los campanas y los que hacen reglaje se pasean al interior del los bancos como Pedro en su casa. Ojo Talara no tiene seguridad ciudadana. 

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