jueves, 26 de enero de 2012


< E D I T O R I A L >


PROCUREMOS QUE NUESTRA HISTORIA SEA DIGNA


 A una pregunta reciente, un alumno preguntó a su maestro que concepto debía acuñar con respecto a la interpretación del vocablo historia. El maestro respondió: "eso depende de ti mismo, le puedes dar las interpretaciones que te den tus pensamientos luego de mirar los hitos por donde pasó tu vida. De igual manera, el mismo enfoque puedes hacerle a tu familia, tu niñez, juventud".

Suponer que estamos frente a respuestas correctas, exactas, inequívocas, es cuando tras la visión que apliquemos al rescate de toparnos con el relato de nuestra historia, ésta se traduzca como si fuere un sueño, revelando todas las vivencias de todo nuestro pasado desde el nacimiento hasta el momento actual de nuestras vidas.

Todo exige entender que la historia es irremediablemente la concatenación de experiencias verdaderas, muchas de ellas desagradables, desencantantes, tristes, pero que no podemos borrar, mutilar, adecuar a nuestros intereses.  "Precisamente, esa es la exigencia, es el gran requisito, la historia está allí inalterable, inconfundible, tiene vida, habla, escucha, es amiga".(Rivareneyra- Chile 2001)

No existe experiencia agradable o desagradable, trascendente o efímera que no tenga su historia.  Hablar de ella, es sublime y su itinerario tiene rescoldos inexpugnables.  La historia, es basta que no es facil describir en toda su magnitud.  "El escritor que la persigue para evidenciarla, es como el artista el pintor que llega hasta donde lo acompañan sus facultades;  no ha nacido, el personaje que con su pluma exploradora haya complacido y colmado a la historia". (Juan Pereda,  pensador argentino 1956).

"Del curso de la humanidad, se pueden contar, narrar infinita historias, pero nunca colmaremos ni nuestras propias inquietudes de poder llegar a la tierra prometida.  Todo es del color de la pasión del gran explorador que tiene en la pluma la luz orientadora de un destino" (Anónimo).  Decía un gran escritor catalán Gregorio Alvarez, "podemos tener todo el tiempo, la pasión para escribir por la historia de Cristo, pero nunca llegaremos a escribir toda la historia;  podemos escribir libros sobe libros de la historia de la guerra mundial, y siempre estaremos pensando en escribir mas sobre ella".

Todo esto que surgió de la simple pregunta del alumno, nos va respondiendo, nos va configurando el invalorable concepto de Historia.  Es que la historia es la fuente, son las habeas datas, las  pildoras nutrientes que nos permiten mediante el pasado, establecer los exigentes lineamientos del presente y futuro en el destino del hombre y en su ratio social.  Para esto, convocamos la historia, para no perder el paso, no traicionar, no decantar en nuestras misiones como generaciones humanas.

Preguntaba sobre el mismo destino un turismo Belga que visitó el Perú en 1999, ¿qué esperaba la cultura peruana de Machu Picchu, qué sentíamos en la medida que desde muchos latitudes de la humanidad vienen admirar el pasado histórico, político del Tawantisuyo?.  Se respondió; por esa historia sabemos cuánto valemos en la humanidad, cuánto hemos sido y cuánto espacio nos falta por llenar para satisfacer un  itinerario y una meta que no sabemos si históricamente podremos cubrir.

Lo vital cada vez como ahora que exploremos este tema, cualquiera que fuere las revelaciones que obtenemos, que en adelante la historia de nuestras vidas, de la patria, de la generación sea concordante a la satisfacción plena de la persona.  No es armonioso que nuestras actividades plazcan a la intrascendencia, el hombre debe luchar por la integración de sus valores, de concretar en la historia patrias libres sin fronteras.  Por ese ruta estaremos forjando el camino de una historia que nos honre, y viceversa honrar a la historia al mismo tiempo.

DIRECTOR DE ASPETA
RICALDI RAMIREZ RUIZ  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario