¿HASTA CUÁNDO SEÑORES DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES?
Así como el efecto de mucha epidemias -caso la gripe AH1N1- que afectan peligrosamente la salud humana, quizá con mayor efecto, la Nación Peruana, se ve afectada por una pandemia llamada corrupción.
La gravedad de la misma llega a tal extremo que el señor Presidente de la República, en repetidas ocasiones viene expresando su preocupación y la intención urgente de su gobierno por darle alcance y aniquilarla. Peligrosa y dañina es la evidencia de esta lacra generalizada, exhibida en la casi totalidad del aparato del Estado.
Frente al peligro interno que representa este mal, en los últimos años se han creado en unos casos, y en otros, se han reforzado organismos tendientes en menguar el efecto que va galopante. Así por ejemplo vemos el esfuerzo -admitamos de esta manera- la presencia de la Procuraduría Nacional Anticorrupción con todo un equipo de profesionales probos, en permanente lucha donde no se escapan ni siquiera ex presidentes de la República.
Empero, la prédica que es preocupación de Estado, a la Iglesia, la sociedad peruana en su conjunto, tiene sus debilidades en muchos de los brazos del propio Estado de Derecho. Insólito, cierto y comprobado; el fenómeno que fomenta el aniquilamiento de la estructura de la sociedad se fomentan en corrupción enquistada, en representantes de la Patria: Congresistas, Ministros, jueces, fiscales, alcaldes, policías, militares etc y etc.
Para la ciudadanía petrolera de Talara, le resulta muy extraño el comportamiento del Jurado Nacional de Elecciones en la forma de eludir su responsabilidad para calificar y sancionar el grave deterioro legal que acusa el desempeño de la principal autoridad de la Municipalidad Provincial. Hasta el momento al seno del JNE. se presentaron 3 denuncias por ilicitudes escandalizantes donde a pesar de las evidencias legales, han sido escamoteadas y declaradas improcedentes en el temperamento discutibles de los señores vocales del JNE.
En las actuales circunstancias para que no quepan mas dudas, el alcalde de Talara Trelles Saavedra, por mandato del Juez de Talara y corroborado por la Sala de Apelaciones de Sullana, se encuentra privado de la libertad individual recluido en cárcel domiciliaria, según resolución por espacio de 6 meses; sin embargo, el máximo organismo de la materia habiendo transcurrido 3 meses del quebrantamiento del orden legal en la administración de la referida municipalidad, no tiene la voluntad de asistir salvando el vacío de poder creado.
La Ley Orgánica de Municipalidades 27972, en su artículo 25º referido a la suspensión del mandato de alcaldes, es clara y contundente. El mandato se suspende mientras dure la investigación. Pese a ello, por el extraño comportamiento de los señores vocales de dicho organismo, Talara acusa un total desgobierno en la función municipal, situación que tiene grave repercusión en los aspectos: moral, económico, social, político y mas.
Nos preguntamos: ¿cómo puede el Estado de Derecho dejar de aplicarse en una fracción territorial de la República?. Talara desde hace 3 meses se encuentra al garete, sin autoridad municipal; como consecuencia de ello, ya se percibe una quiebra de lo valores y preceptos constitucionales. En detrimento del derecho a una buena y auténtica gobernabilidad: la administración, economía, los dineros de ingreso por concepto del Canon petrolero, están expuesto a un colapso de irreversibles consecuencias.
Preguntamos: ¿Qué hace falta, que necesitan mas los señores vocales del JNE. para que asuman y hagan prevalecer su mandato?. Evidentemente, que la rebeldía a ejercer la función que les otorga la Institucionalidad del País, los pone ante un caso calificado de prevaricar por omisión a sus obligaciones constitucionales.