viernes, 20 de enero de 2012


<  N O S   E S C R I B E N  >


Otilio Eusebio Talledo Carrillo


 hola, amigo Ricaldi. quizá recuerde ciertas anécdotas como el "famoso maremoto" allá por el año 1955,creo. (falsa alarma proporcionada por Monseñor Luis Pacheco Wilson (QEPD); donde todo Talara nos pusimos a buen recaudo, corriendo hacia el Tablazo; también del famoso mambo "La cocaleca" de Benny Moré, que según malas lenguas, vieron al diablo bailando por la bajada del tablazo; donde también Monseñor prohibió la difusión de este mambo por "Radio Ocasión" de nuestro mercado Principal. Yo radiqué en el Parque 35 - 15, hasta el año 1958."




ANÉCDOTA COMENTADA DEL APUNTE DEL AMIGO Y PAISANO OTILIO EUSEBIO TALLEDO:


AMIGO OTILIO:

Con mucho gusto recibimos su anécdota que efectivamente vivió una noche de 1955 la todavía pequeña población de Talara; la misma nos permite recordar como a Ud. lo siguiente:

En efecto Talara por esos tiempos, vivió años de susto, un año antes 1954, se produjo en la playa de varamiento de los "botes" (costado del viejo astillero Hammanberg) un repentino incendio, historia espectacular como para el libro guisness; la causa, derramamiento de petróleo en las aguas de la bahía, una colilla de cigarrillo arrojada por un marino gringo de un vapor que se encontraba acoderado en la bahía, provocó la desgracia con el saldo de 3 pescadores muertos.

En aquel año de 1954, se produjo un temblor muy largo (todavía no se hablaba de la famosa escala d Rither), semejante a un amago de terremoto que asustó a toda la población, poco acostumbrada a ese tipo de peligros y eventualidades.

Hasta que vino el año 1955 al que hace referencia Otilio.  Fué en efecto, un episodio muy anécdotico, digno de una mejor narración.  La población ya casi dormía, eran las 11 de la noche de un mes de mayo, repentinamente un ulular de la Capitanía de Puerto, anunciaba la urgente medida de evacuar la población, se había confirmado la evolución de un maremoto (En aquel tiempo no se hablaba de Tsunamis).

Por aquel año, la empresa petrolera de los yanquis, trasladaba los canchones de la vieja población al sector conocido como el famoso 'tablazo' para en adelante instalar a trabajadores y familias traidas de las famosas 'secciones' : Verdún, Lagunitos, Lomitos, El Alto, Lobitos. Los famosos canchones todavía no eran ocupados, y la recomendación fué que la población se traslade inmediatamente y se refugie en ellos ante el inminente peligro del ocasional maremoto.

Los talareños, no demoraron mucho en llegar hasta el destino de salvación, canchones de madera, oscuros y pestilentes; había que instalarse sin demandar comodidas.  De repente una pocas horas despues, cuando los 'damnificados' ya dormían a pierna suelta, los despertó con sobresalto, el compás de una fiesta escandalosa que repetía y repetía el mambo la 'Cocaleca', era la única canción que se escuchó toda la noche, quebrantando el sueño, y quedando grabada hasta en los oidos mas sordos de los refugiados.

Al despertar y enterarse que el famoso maremoto no fué mas que una falsa alarma, vino el comentario obligado de la mala noche, la gente durmió con el influjo de la Cocaleca (Soy sincero que hasta ahora nunca me preocupe de saber el por qué de aquella canción en llamarle Cocaleca). La población antes de emprender el obligado regreso a sus domicilios, se dirigian a los 'guachimanes' de la compañia que cuidaban a que nadie se robe la madera de los canchones, haciéndoles conocer de la incomodidad del escándalo de la fiesta que solo se escuchó y como muda testigo, la oscuridad.

Los 'quachimanes' sorprendidos negaron la realización de fiesta alguna, e inclusive dias despues fueron citados en el puesto policial acusados y amenazados de despido por los gringos por dedicarse a la dolce vita; y ello respondieron que esa noche macabra, no se dió ninguna fiesta, ellos nunca escucharon el sentir de la cocaleca.  Desde ese momento enterado el cura, instruyó a la feligresía que no bailen esa música, indicando que era versión del diablo. La cocaleca, quedó proscrita en Talara, la gente cuando la escuchaban se hacían la señal de la cruz.

Ahora con el recuerdo que nos permite la comunicación de Otilio, hemos recurrido al origen de la canción y el por qué de ese nombre, y al respuesta fué... COCALECA, versión del demonio; saquen Ustedes sus propias conclusiones. 


TALARA EN LA HISTORIA


Narración propiedad intelectual del blog de Noticias Talara.

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