MI HIJO Y EL CAMBIO CLIMÁTICO
Mi hijo Emiliano tiene solo 2 años. Como pasa en casi todas las familias, ha
sido la bendición más grande que pudiéramos haber recibido. Tenerlo no fue
fácil, pero por fin llegó y ahora crece sano y feliz.
Cuando lo miro, sin embargo, no puedo evitar pensar qué será de él de aquí a
50 o 60 años si hoy no logramos detener el aumento de la temperatura global y,
como resultado de ello, cubrir sus necesidades y las de sus hijos será mucho más
difícil que ahora.
Y es que el cambio climático, lamentablemente, nos hace prever ese futuro.
Aunque ahora muchos crean que se trata de algo lejano y ajeno, lo cierto es que
si no disminuyen de alguna forma las emisiones de gases de efecto invernadero y
la temperatura media sube por encima de los 2 grados centígrados, se afectará
gravemente nuestro acceso al agua y a los alimentos y, en general, nuestra forma
de vida.
Se estima que más de 1,000 millones de personas viven en áreas que
experimentarán climas extremos antes de 2050. Me pregunto cuántos serán después
de 2050. Muchos se adaptarán de alguna forma, pero ¿a qué precio? Muchos
terminarán viviendo en lugares tan poco adecuados que tendrán que migrar,
convirtiéndose en desplazados climáticos; otros tal vez no encuentren adónde ir.
Los expertos advierten que tenemos grandes probabilidades de tener un mundo 4
grados más caliente a fines de este siglo, lo cual realmente puede poner en
riesgo la subsistencia de futuras generaciones.
Según el Banco Mundial, en un mundo así habría olas de calor sin precedentes,
exacerbada escasez de agua, mayor frecuencia e intensidad de ciclones
tropicales, sequías severas, grandes inundaciones y pérdidas irreversibles de
diversidad biológica. Esto evidentemente tendría serios impactos sobre los
ecosistemas que hoy nos proveen servicios de los cuales depende nuestra
vida.
¿Qué será de nuestros hijos y nietos? ¿Cómo van a sobrevivir en un mundo así?
Quizá el sentimiento más fuerte que tenemos hacia nuestros hijos es protegerlos,
pero por lo general pensamos solo en malas experiencias, accidentes o fracasos y
olvidamos lo más elemental: dejarles un planeta en el que sea viable la vida y,
sobre todo, sea posible disfrutarla.
¿Qué podemos hacer? Pues empezar a protegerlos desde ahora, apoyando la lucha
contra el cambio climático y comprometiéndonos con acciones a nuestro alcance.
Opciones hay muchas, están regadas por toda la web, solo nos falta un poco de
sentido de responsabilidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario