MINIMO DEL SALARIO
La tarea de los tituleros ha sido especialmente ardua para la edición de ayer. ¿Qué había querido decir el presidente con su extraña frase: “he dado instrucciones al ministro de Trabajo para que inicie el procedimiento de aprobación del segundo tramo de incremento de la remuneración mínima vital de S/. 675 a S/. 750”?
Podían ser en realidad tantas cosas: (a) que de todas maneras va a haber aumento del salario mínimo vital (SMV), tal vez porque alguien lo estaba trabando y ha querido decir que ya venció esa resistencia; (b) que sigue sin haber fecha, pero había que hablar de eso porque era 1 de mayo, para que se confirme la voluntad política; (c) que el presidente no se ve con el ministro de Trabajo y debe hacerle los encargos en público. Finalmente se puede ver las carátulas de los diarios para encontrar algunas de estas interpretaciones.
La aclaración del viceministro de Trabajo, Pablo Checa, empeoró, además, las cosas: el procedimiento del que hablaba el presidente consistía en llevar el tema del segundo tramo de aumento del salario mínimo vital al Consejo Nacional del Trabajo para que representantes de empresarios y trabajadores lo pongan a consulta para poder adoptar el acuerdo.
Parece lo más democrático, pero todos sabemos que el salario mínimo es un piso obligatorio que el gobierno le fija a los empleadores para proteger a los trabajadores. No es un asunto de “estar de acuerdo”, porque los empresarios nunca están de acuerdo en pagar más. Por eso para el primer tramo se dictó una disposición administrativa, que se debía haber repetido para el complemento.
No hay que olvidar que el aumento de la RMV en 25% (150 soles), no solo estaba en los varios planes de gobierno del candidato nacionalista, sino en su discurso inaugural como presidente, lo que ya lo convierte en compromiso que los ministros debían ejecutar y no enfrentar como parece que ha ocurrido.
En nueve meses de gobierno Ollanta ha podido aumentar el sueldo mínimo en la mitad de lo ofrecido (12.5%) y ha dado instrucciones para iniciar un procedimiento que nadie sabe cuánto durará.
En cualquier caso, el asunto refuerza una imagen de debilidad que se presenta como progresividad y sostenibilidad, pero que tiene que ver con no alterar las reglas del juego y no quedar como un mentiroso.
Cuando la RMV peruana alcance la cifra de 750 soles (285 dólares) seguirá siendo el segundo salario mínimo más bajo de esta parte del continente. Esto significa que no estamos ante una gran transformación ni mucho menos.
Lo increíble es, sin embargo, que esta pequeñez cueste tanto y que el jefe de Estado tenga que lidiar con ministros que él mismo designó y que podría destituir si no lo acompañan adonde quiere.
Pero así son las reglas desde el 28 de julio de 2011, acentuadas desde el cambio de gabinete del 10 de diciembre, cuando el presidente se quedó sin los ministros de mayor confianza que estaban convencidos de las reformas ofrecidas en campaña, entre ellas la necesidad de mejorar la estructura remunerativa.
Si el presidente estima que este es el costo que debe pagar para que los amigos de la conversión sigan a su lado y le garanticen la continuidad del crecimiento, entonces no tenemos de qué sorprendernos.
Para la inversión puede haber Conga va y no acepto ultimátum de nadie, pero para el salario mínimo vamos por partes y en procedimientos que ya van a tomar un año.
La aclaración del viceministro de Trabajo, Pablo Checa, empeoró, además, las cosas: el procedimiento del que hablaba el presidente consistía en llevar el tema del segundo tramo de aumento del salario mínimo vital al Consejo Nacional del Trabajo para que representantes de empresarios y trabajadores lo pongan a consulta para poder adoptar el acuerdo.
Parece lo más democrático, pero todos sabemos que el salario mínimo es un piso obligatorio que el gobierno le fija a los empleadores para proteger a los trabajadores. No es un asunto de “estar de acuerdo”, porque los empresarios nunca están de acuerdo en pagar más. Por eso para el primer tramo se dictó una disposición administrativa, que se debía haber repetido para el complemento.
No hay que olvidar que el aumento de la RMV en 25% (150 soles), no solo estaba en los varios planes de gobierno del candidato nacionalista, sino en su discurso inaugural como presidente, lo que ya lo convierte en compromiso que los ministros debían ejecutar y no enfrentar como parece que ha ocurrido.
En nueve meses de gobierno Ollanta ha podido aumentar el sueldo mínimo en la mitad de lo ofrecido (12.5%) y ha dado instrucciones para iniciar un procedimiento que nadie sabe cuánto durará.
En cualquier caso, el asunto refuerza una imagen de debilidad que se presenta como progresividad y sostenibilidad, pero que tiene que ver con no alterar las reglas del juego y no quedar como un mentiroso.
Cuando la RMV peruana alcance la cifra de 750 soles (285 dólares) seguirá siendo el segundo salario mínimo más bajo de esta parte del continente. Esto significa que no estamos ante una gran transformación ni mucho menos.
Lo increíble es, sin embargo, que esta pequeñez cueste tanto y que el jefe de Estado tenga que lidiar con ministros que él mismo designó y que podría destituir si no lo acompañan adonde quiere.
Pero así son las reglas desde el 28 de julio de 2011, acentuadas desde el cambio de gabinete del 10 de diciembre, cuando el presidente se quedó sin los ministros de mayor confianza que estaban convencidos de las reformas ofrecidas en campaña, entre ellas la necesidad de mejorar la estructura remunerativa.
Si el presidente estima que este es el costo que debe pagar para que los amigos de la conversión sigan a su lado y le garanticen la continuidad del crecimiento, entonces no tenemos de qué sorprendernos.
Para la inversión puede haber Conga va y no acepto ultimátum de nadie, pero para el salario mínimo vamos por partes y en procedimientos que ya van a tomar un año.
LA CRISIS DE LOS BANCOS
La profundización de la crisis europea pone sobre el tapete las recetas de la ortodoxia neoliberal. Desde que estalló hace cuatro años, el criterio predominante ha sido el de aplicar políticas de austeridad que reduzcan el gasto público. El discurso hegemónico señala que la culpa la tiene la irresponsabilidad fiscal y esto fue ocasión para lanzarse contra el estado de bienestar.
Lo impresionante de estas propuestas es que no se basan en la realidad. Todos los estados europeos tenían sus cuentas en azul y sus porcentajes de deuda eran bajos y perfectamente manejables. El desbalance ocurre precisamente a raíz el estallido de las burbujas inmobiliarias por el exceso de créditos a la banca privada concedidos desde el corazón de Europa.
Si en los Estados Unidos la gran crisis fue causada por las políticas de desregulación que llevaron a que los bancos generaran préstamos masivos, que permitieron a su vez la aparición de grandes bancos de inversión que al rato se vinieron abajo, en Europa la razón es la misma.
La diferencia está en que la creación de la moneda única trajo como consecuencia que las economías periféricas se convirtieran en muy atractivas. Los bancos empezaron a prestar sin mayor control y a su vez a endeudarse con los poderosos bancos alemanes. Durante varios años la ilusión del crédito barato creció y las deudas se acumularon hasta el estallido.
Lo que no funciona es la receta. En Gran Bretaña tras dos años de aplicación por el gobierno conservador, la situación es crítica. En la península ibérica la respuesta ciudadana es de rechazo masivo. Incluso la probable derrota de la derecha en Francia puede significar una reconsideración de las medidas hasta ahora impuestas.
Se trata de una batalla de gran envergadura. Los datos son clarísimos en apuntar la responsabilidad del capital financiero y el fracaso de las políticas desreguladoras del neoliberalismo. El propio Bush respondió interviniendo a las financieras y Obama da la pelea para mantener los programas sociales, incluso reactivarlos. Al otro lado del Atlántico todavía se impone el recorte puro y duro contra la Educación, la salud, la seguridad social y la cultura.
A diferencia de lo que sucedió en muchos países de América Latina donde se debilitaron los derechos sociales por la aplicación del consenso de Washington, en el viejo continente la dinámica política es más compleja. La izquierda democrática y los sindicatos recobran protagonismo y rechazan el desmontaje de las políticas públicas. Un triunfo socialista en Francia puede cambiar los planes de austeridad de Ángela Merkel, la que a su vez tiene que afrontar elecciones el próximo año. El balance negativo de las medidas británicas genera dudas entre sus proponentes. El nuevo presidente del Banco Central Europeo es bastante más abierto que su duro antecesor, pero las cosas se decidirán finalmente en el terreno político y social.
Si en los Estados Unidos la gran crisis fue causada por las políticas de desregulación que llevaron a que los bancos generaran préstamos masivos, que permitieron a su vez la aparición de grandes bancos de inversión que al rato se vinieron abajo, en Europa la razón es la misma.
La diferencia está en que la creación de la moneda única trajo como consecuencia que las economías periféricas se convirtieran en muy atractivas. Los bancos empezaron a prestar sin mayor control y a su vez a endeudarse con los poderosos bancos alemanes. Durante varios años la ilusión del crédito barato creció y las deudas se acumularon hasta el estallido.
Lo que no funciona es la receta. En Gran Bretaña tras dos años de aplicación por el gobierno conservador, la situación es crítica. En la península ibérica la respuesta ciudadana es de rechazo masivo. Incluso la probable derrota de la derecha en Francia puede significar una reconsideración de las medidas hasta ahora impuestas.
Se trata de una batalla de gran envergadura. Los datos son clarísimos en apuntar la responsabilidad del capital financiero y el fracaso de las políticas desreguladoras del neoliberalismo. El propio Bush respondió interviniendo a las financieras y Obama da la pelea para mantener los programas sociales, incluso reactivarlos. Al otro lado del Atlántico todavía se impone el recorte puro y duro contra la Educación, la salud, la seguridad social y la cultura.
A diferencia de lo que sucedió en muchos países de América Latina donde se debilitaron los derechos sociales por la aplicación del consenso de Washington, en el viejo continente la dinámica política es más compleja. La izquierda democrática y los sindicatos recobran protagonismo y rechazan el desmontaje de las políticas públicas. Un triunfo socialista en Francia puede cambiar los planes de austeridad de Ángela Merkel, la que a su vez tiene que afrontar elecciones el próximo año. El balance negativo de las medidas británicas genera dudas entre sus proponentes. El nuevo presidente del Banco Central Europeo es bastante más abierto que su duro antecesor, pero las cosas se decidirán finalmente en el terreno político y social.
TIPO DE CAMBIO INFLACION Y REGALIAS
En 2009 el tipo de cambio promedio fue ligeramente superior a S/. 3.01 por dólar norteamericano, S/. 2.82 en 2010, S/. 2.75 en 2011 y en la cuarta semana de abril del 2012 se encuentra en S/. 2.65. Solo en el último año el tipo de cambio se ha reducido en -5.4%, afectando negativamente los ingresos de los exportadores, abaratando las importaciones y generando mayor competencia para los productos nacionales que tienen competencia externa.
El problema de los menores ingresos de la exportación, sin tomar en cuenta la evolución de los precios internacionales de esos productos, es que los costos internos están creciendo a una tasa por encima del 4% anual. Esta situación no es relevante para los productos de exportación tradicional con amplio margen bruto, pero sí lo es para los productos de exportación no tradicional.
Nuevamente en marzo del 2012 la inflación al consumidor anualizada fue 4.2%, mientras que al por mayor 4.1%. Este resultado se produce en circunstancias en que los precios internacionales de las importaciones vienen creciendo menos. En febrero solo lo hicieron a tasas anualizadas del 2.2%. Estos resultados aunados a la caída del tipo de cambio de -5.4% no podrían explicar de manera alguna el crecimiento de los precios de los bienes transables del 3.6% y menos aún el de los no transables que aumentaron al 4.6% anual. Lo que hay atrás es un crecimiento importante de los márgenes de ganancia y de comercialización. Quizás también alguna contribución del incremento en los precios de los combustibles.
Todo lo anterior es parte del síndrome de la enfermedad holandesa, que erosiona el poder de compra de los exportadores no tradicionales y eleva los precios de los bienes no transables. A este fenómeno contribuyen las importantes entradas de divisas, especialmente por el saldo positivo de la balanza comercial y de la cuenta financiera de la balanza de pagos, aunque hay que reconocer que la cuenta de servicios y la renta de factores por remesas de las empresas extranjeras al exterior neutralizaron parte de estos efectos. Para este año y el 2013 el presidente del BCRP proyecta entradas de capital de corto plazo.
La enfermedad holandesa puede ser considerada como una externalidad negativa. La actividad exportadora en auge genera efectos negativos sobre los otros sectores económicos. Estas externalidades se pueden enfrentar más eficientemente a través de impuestos que promueven su internacionalización. Hay que elevar las regalías a las actividades mineras y los Hidrocarburos, garantizando una rentabilidad razonable al productor. Asimismo, es necesario explorar mecanismos más efectivos para la regulación de las entradas de capital de corto plazo. El MEF y el BCRP deben actuar.
Todo lo anterior es parte del síndrome de la enfermedad holandesa, que erosiona el poder de compra de los exportadores no tradicionales y eleva los precios de los bienes no transables. A este fenómeno contribuyen las importantes entradas de divisas, especialmente por el saldo positivo de la balanza comercial y de la cuenta financiera de la balanza de pagos, aunque hay que reconocer que la cuenta de servicios y la renta de factores por remesas de las empresas extranjeras al exterior neutralizaron parte de estos efectos. Para este año y el 2013 el presidente del BCRP proyecta entradas de capital de corto plazo.
La enfermedad holandesa puede ser considerada como una externalidad negativa. La actividad exportadora en auge genera efectos negativos sobre los otros sectores económicos. Estas externalidades se pueden enfrentar más eficientemente a través de impuestos que promueven su internacionalización. Hay que elevar las regalías a las actividades mineras y los Hidrocarburos, garantizando una rentabilidad razonable al productor. Asimismo, es necesario explorar mecanismos más efectivos para la regulación de las entradas de capital de corto plazo. El MEF y el BCRP deben actuar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario