jueves, 3 de julio de 2014

ME REPITO POR ENÉSIMA VEZ.


Javier Valle Riestra: Caso de Alexis Humala no es penalizableVemos en estas semanas polémicas respecto a la amnistía y al indulto. Se pretende restringir las facultades presidenciales singularmente en el caso del perdón o la conmutación de la pena. Esta facultad del jefe de Estado, tiene varios siglos en el Perú. En la Colonia (siglos XVI a XIX), el Virrey tenía esa potestad que nadie le disputaba. La República en sus constituciones, la incorporó como facultad presidencial en algunos casos y como atribución parlamentaria en otros afers.


Nunca fue discutida esta potestad. El único caso que recuerdo de haberse anulado motu proprio, esa medida es el caso de José Enrique Crousillat, quien inexplicablemente calló, no resistió y fue a las ergástulas a cumplir el saldo de su pena ya perdonada. En el Perú ha habido una tradición literal en la materia. En 1945, al subir al poder José Luis Bustamante y Rivero, el Parlamento dictó una ley de amnistía e indulto y las cárceles se vaciaron.

En 1956, a raíz del ascenso de Prado, en 1980 a raíz del triunfo de Belaunde y en fechas posteriores, se expidieron normas de perdón infinitas. Pero, hoy día estamos en una posición cerril en la que incluso se habla de privar o restringir al Presidente esa potestad. Incluso, el fujimorismo, tachado de reaccionario, dictó la Ley 25655, en 16 de agosto de 1996, creando una comisión encargada de proponer al Presidente de la República, la concesión de indulto a personas condenadas por terrorismo y traición a la patria, en base a elementos probatorios insuficientes que permitieran presumir razonablemente que no habrían tenido ningún tipo de vinculación con elementos o actividades de organizaciones terroristas.

Intervino, incluso, el padre Lanssiers. Fueron excarceladas así decenas de personas. Nadie protestó. Ni se rasgó las vestiduras. Se entendió como un acto democrático y humanitario. Pero, hoy día, se pretende perseguir a Alan García y a sus ministros por haber dictado masivamente normas de esa índole. Eso es muy grave. Demuestra una mentalidad retardataria que hace imposible hallar la reconciliación nacional. Debe dictarse indultos por el Presidente y amnistías por el Parlamento. Como ya se sabe el indulto perdona la pena y la amnistía cancela la sanción y el hecho en sí.

Pero, reitero, todos se consideran en el Perú vanguardistas y progresistas, pero nadie sale a defender estas teorías sino a execrarlas. Reflexiones. Flexionemos. La fórmula es: olvidar y democratizar.

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