O  P  I  N   Í  O  N
 

IRONÍAS QUE SE DAN EN EL PERÚ

Ayer escuché a un periodista de Lima afirmar que hoy el medio de prensa digital en el que trabaja iba hacer un "gran destape" al denunciar que el ex. rehén de la Embajada del Japón, Carlos Giusti, y los comandos Juan Valer y Raúl Jiménez, no murieron durante el rescate de los cautivos por acción de los terroristas de la banda armada Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), sinó por culpa de las balas disparadas por los propios militares.

Esta historia medio alucinante que se suma a las otras que han venido circulando desde el día siguiente del heróico y excepcional rescate, ya la escuché hace varios años a través de un programa dominical y fue desmentida por los propios comandos, quienes explicaron al milímetro como cayeron tanto Giusti como los dos militares en el infernal combate que hubo no en un campo de batalla abierto, sinó dentro de los reducidos ambientes de una casa.

Por eso resulta extraño que justo ahora luego des 14 años del rescate, aparezca nuevamente esta historia que me hace recordar a una que circuló hacen años en el sentido de que Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos habrían mandado matar al magistrado supremo Carlos Giusti por que era un magistrado "incómodo" a los intentos de copamiento del Poder Judicial por parte del régimen dictatorial de aquel entonces.

Ojalá que esto de que los propios comandos mataron a sus compañeros de armas y a Giusti, no sea el inicio de un capítulo mas de todos los que se han escrito en los últimos años para tratar de manchar la operación militar que acabó con el fin del cautiverio d 72 rehenes, lo que se ha traducido en juicios interminables a los miembros del Ejército de la Marina de Guerra por supuestas violaciones a los derechos humanos durante el combate.

No sería raro que ahora aparezca un fiscal de por allí, secundado por abogados defensores de "derechos humanos", y abra una nueva investigación contra los comandos que acabaron contra los terroristas secuestradores del MRTA, mientras que por ejemplo, un ex integrante de esa banda armada como Wilfredo Saavedra se da el lujo de organizar paros en Cajamarca y se indigna  cuando se da el estado de emergencia.  De locos.

Y lo que es peor hace pocos dias este sujeto fue detenido por unas horas en una comisaría de Lima, muchos se indignaron por este arresto, al extremo que el ex. Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Francisco Eguiguren, salió a pedir que se den las explicaciones del caso.  Felizmente este personaje que tambien dijo que se debería evaluar un acuerdo de paz con el narcoterrorista "Artemio", ya fué expectorado del Gabinete e Ollanta Humala.

Ojalá que esa gente que se preocupa tanto por lo sucedido en el rescate de los rehenes de la embajada de Japón y en "violaciones de derechos humanos" solo de terroristas y demás indeseables, averigue por ejemplo, por qué a la familia de Giusti se le pagó la indemnización que se le ofrecio, o se interese por pedir una sanción contra los personajes que matan policias y militares, u organizan paros como el de Cajamarca y atentan contra el derecho al trabajo y el libre tránsito.  El día que hagan eso, le harán un bien al Perú.

Ivan Slocovich Pardo.

Director diario Correo

Sábado 17-12-11

Comentarios:

"Es una opinión muy escasa que no aclara ni aporta nada.  Lástima la categoría de Editorial que le otorga el medio".

Aury Estela.

"Si fué un tema sacado del viejo y apolillado baul, para que le presta importancia.  Es, mas el sub-consciente le traiciona su objetividad periodística.  Escribe sesgando la opinión. Por eso no me gusta"

Marcial

"Este periodista es bien curioso, se envalentona para llamar a unos sujetos, y a otros que seguramente teme, le dice personajes.  Por qué, respetando la neutralidad deja que la historia juzgue a la historia; en la toma de la embajada japonesas, ocurrió de todo: traiciones, espionaje, y que investiguen como mataron a los emerretistas cuando estaban en la mesa de diálogo con el gobierno y con el testimonio del mundo. Qué le incomoda a este directorcito de pacotilla" 

Agustí (viva Cajamarca).