< E D I T O R I A L
"Si sientes que mis opiniones te causan conflictos, reivindícate
con las tuyas"
LA POLICIA NACIONAL Y LOS MAPAS DE SEGURIDAD NAVIDEÑA .-
"Si sientes que mis opiniones te causan conflictos, reivindícate
con las tuyas"
LA POLICIA NACIONAL Y LOS MAPAS DE SEGURIDAD NAVIDEÑA .-
Acabamos de escuchar un informe de la máxima autoridad de la PNP-Talara, en relación a las contingencias y medidas que seguramente deben aplicarse en los posteriores días de Navidad. Su respuesta central fué que cuenta con 34 elementos policiales, para una población que supera ya los cien mil habitantes. También, no lo dijo la referida la autoridad, pero, a ojo de buen cubero, deduciendo del volumen de hecho delincuenciales, podemos intentar decir que en la ciudad de Talara se encuentran afincados no menos de unos 500 forajidos, (bandas, extorsionadores, asaltantes, representantes del equipo de la droga, etc.).
Resumiendo un poquito, quiere decir que para la seguridad interna de la ciudad petrolera tenemos: 01 policia para el resguardo de 3000 ciudadanos; y la delincuencia está en la relación arítmetica de 01 policia para 10 delincuentes. Esta lectura no la lee la computadora de los famosos mapas de peligros, temeridades de la que siempre nos están hablando las autoridades del sector.
Entonces, nos impacta cuando a menudo escuchamos discursillos de generales y otros elevados oficiales de la PNP, incluyendo al mismo ministro del Interior, empuñar los punteros, tizas, pizarras o acudiendo a las gráficas de la computadora; y afirmar demasiados orondos que la Institución tiene todo preparado, cuenta con la logística suficiente para otorgar seguridad a la población. Esto se dice y se repite, sin embargo en cada día en cada amanecer los noticiarios televisivos, penosamente dan cuenta del incremento de la acción delincuencial.
La Navidad, fecha de fiesta espiritual, como otras del calendario nacional, constituyen caldos de cultivo para propiciar la ola del delito. Lamentablemente, una fecha como la Navidad, que tiene una connotación diferente, espiritual, divina; está involucrada como fecha de elevada peligrosidad. Hay que tomar en cuenta que las misma reglas que se anteponen al comenzar estas fiestas, constituyen el estímulo en la concentración de hechos anómalos.
Uno de esos factores: la recepción por parte de la población, especialmente la masa laboral de pagos, ingresos económicos extraordinarios como bonificaciones y otros, 'prenden las luces' atrayendo con mucha claridad al fenómeno delincuencial. Vale decir, que es la propia naturaleza de la fiesta la que incentiva, establece el clima para que las poblaciones sean atacadas por el efecto en referencia. La alta densidad en concentración de mercancias, elevación en dinámicas de mercados, facilitan las condiciones para que el hampa juegue a su entera comodidad.
Como la lógica de las estadísticas, de los números, en los mapas de seguridad, no dicen que los 34 miembros de la PNP. confirmados por su misma autoridad, jamás van a ser suficientes para el control y seguridad en la ciudad petrolera, con mucha mesura y urgencia, le toca al ciudadano promover medidas desde donde no les brinden ventaja a los delincuentes. Es hasta un punto de vista irónico, que una fecha de amor, la ciudadanía tenga que resguardarse si es posible hasta los dientes.
Entonces no es bueno que la PNP. por intermedio de sus voceros, suplanten a la realidad, haciendo gala de un poderío que no cuentan y donde muchas veces con la imprudencia, no hacen mas que exacerbar los ánimos. La Navidad no tiene porque convertirse en una crónica roja como consecuencias de una seguridad mal convocada y aplicada.
Navidad no debe convertirse en un trajinar ciego, cuando muchas veces por justificarse, se llega al abuso de autoridad. Prohibir a la población ejercer sus derechos constitucionales al trabajo, genera un efecto mas bien contrario. No se debe confundir represión con la sana intención de ordenar, cautelar, proteger a la ciudadanía. Esto sucede a menudo, la PNP. debe justificar su gran capacidad de controlar y proteger el orden interno de las ciudades, eso es todo.
Resumiendo un poquito, quiere decir que para la seguridad interna de la ciudad petrolera tenemos: 01 policia para el resguardo de 3000 ciudadanos; y la delincuencia está en la relación arítmetica de 01 policia para 10 delincuentes. Esta lectura no la lee la computadora de los famosos mapas de peligros, temeridades de la que siempre nos están hablando las autoridades del sector.
Entonces, nos impacta cuando a menudo escuchamos discursillos de generales y otros elevados oficiales de la PNP, incluyendo al mismo ministro del Interior, empuñar los punteros, tizas, pizarras o acudiendo a las gráficas de la computadora; y afirmar demasiados orondos que la Institución tiene todo preparado, cuenta con la logística suficiente para otorgar seguridad a la población. Esto se dice y se repite, sin embargo en cada día en cada amanecer los noticiarios televisivos, penosamente dan cuenta del incremento de la acción delincuencial.
La Navidad, fecha de fiesta espiritual, como otras del calendario nacional, constituyen caldos de cultivo para propiciar la ola del delito. Lamentablemente, una fecha como la Navidad, que tiene una connotación diferente, espiritual, divina; está involucrada como fecha de elevada peligrosidad. Hay que tomar en cuenta que las misma reglas que se anteponen al comenzar estas fiestas, constituyen el estímulo en la concentración de hechos anómalos.
Uno de esos factores: la recepción por parte de la población, especialmente la masa laboral de pagos, ingresos económicos extraordinarios como bonificaciones y otros, 'prenden las luces' atrayendo con mucha claridad al fenómeno delincuencial. Vale decir, que es la propia naturaleza de la fiesta la que incentiva, establece el clima para que las poblaciones sean atacadas por el efecto en referencia. La alta densidad en concentración de mercancias, elevación en dinámicas de mercados, facilitan las condiciones para que el hampa juegue a su entera comodidad.
Como la lógica de las estadísticas, de los números, en los mapas de seguridad, no dicen que los 34 miembros de la PNP. confirmados por su misma autoridad, jamás van a ser suficientes para el control y seguridad en la ciudad petrolera, con mucha mesura y urgencia, le toca al ciudadano promover medidas desde donde no les brinden ventaja a los delincuentes. Es hasta un punto de vista irónico, que una fecha de amor, la ciudadanía tenga que resguardarse si es posible hasta los dientes.
Entonces no es bueno que la PNP. por intermedio de sus voceros, suplanten a la realidad, haciendo gala de un poderío que no cuentan y donde muchas veces con la imprudencia, no hacen mas que exacerbar los ánimos. La Navidad no tiene porque convertirse en una crónica roja como consecuencias de una seguridad mal convocada y aplicada.
Navidad no debe convertirse en un trajinar ciego, cuando muchas veces por justificarse, se llega al abuso de autoridad. Prohibir a la población ejercer sus derechos constitucionales al trabajo, genera un efecto mas bien contrario. No se debe confundir represión con la sana intención de ordenar, cautelar, proteger a la ciudadanía. Esto sucede a menudo, la PNP. debe justificar su gran capacidad de controlar y proteger el orden interno de las ciudades, eso es todo.
DIRECTOR DE ASPETA
RICALDI RAMIREZ RUIZ
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