La reelección inmediata de autoridades municipales
La reelección inmediata favorece la consolidación de la democracia
local. Por cuatro razones: amplía al elector su derecho a escoger, fomenta la
consolidación de nuevos partidos o movimientos, estimula el ejercicio de la
oposición, y confiere mayor legitimidad al gobernante reelegido para la toma de
decisiones.
Matthew Shugart ha sugerido que “el vínculo básico de la responsabilidad
entre ciudadanos y representantes —en los órganos tanto ejecutivos como
legislativos— es conceder a los votantes la oportunidad, al término de cada
mandato, de recompensar o castigar a su representante reeligiéndolo o no”.
Es el pueblo quien pone y saca autoridades, cada cuatro años. La reelección
no es automática, sino sometida a sufragio. Y es por ello que, al permitirse la
reelección, existen mecanismos como la vacancia o la revocatoria para sacar del
poder a quien incurre en alguna de las causales que establece la Ley Orgánica de
Municipalidades o, si se cumplen, los requisitos que establece la Ley de los
Derechos de Participación y Control Ciudadanos, y es revocado en el proceso
correspondiente.
De aprobarse como está el dictamen de la Comisión de Constitución del
Congreso que impide la reelección, se haría innecesario el mecanismo de la
revocatoria. Y entraría en discusión si un periodo de cuatro años es suficiente
para cumplir un plan de gobierno. Más aun si conocemos lo burocrático que
resulta el Estado con un sistema de compras poco ágil y un SNIP más que gravoso,
aunado a lo cambiantes que resultan las políticas públicas que varían al son de
los gobiernos de turno poniendo en peligro la continuidad de las reformas y
obras de gran magnitud.
Ahora bien, ¿qué pasa con el gobernante que realiza una excelente gestión al
frente del municipio y no puede postular a la reelección porque existe una ley
que lo prohíbe? Generaría frustración en los ciudadanos la imposibilidad de
reelegir al gobernante que finalmente ha logrado administrar adecuadamente el
municipio y que con su gestión eficiente y responsable se ha ganado la confianza
y el apoyo ciudadano.
Prohibir la reelección de alcaldes puede frustrar el desarrollo de un
distrito o una provincia, dado que cuatro años son claramente insuficientes para
obras de trascendencia, dado el tiempo que toma aprobar los proyectos de
inversión pública.
Por lo que proponemos una fórmula intermedia: permitir la reelección
inmediata por uno o dos periodos como máximo, a fin de no frustrar la
continuidad y posibilitar, al mismo tiempo, la alternancia en el poder.
1 Raúl Velásquez Gavilanes, y otros. Reelección inmediata de alcaldes y
gobernadores: ventajas, riesgos y recomendaciones de política. Vniversitas. núm.
109. 2005. Pontificia Universidad Javeriana, Colombia. p. 550.
2 SHUGART, MATTHEW, “Sistemas de gobierno en América Latina: frenos y
contrapesos en era de globalización”, en CARRILLO FLÓREZ, FERNANDO (editor),
Democracia en déficit gobernabilidad y desarrollo en América Latina y el Caribe,
Banco Interamericano de Desarrollo, Washington, DC, 2001, págs. 182–183
3 Idem. Reelección inmediata de alcaldes
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