CÁRCEL EJEMPLARIZANTE PARA LADRONES DEL ESTADO
Si queremos corregir el quebrantado destino moral de la Sociedad Peruana, lo primero es abocarnos en cumplir y ejecutar todas las medidas vigentes, que por lo general son puro parapeto. No existe otra forma, amén de provocar una razia sin distinción alguna de 'autoridades' que ganadas por el delito, actúan en contra de la Ley ocasionando el daño que hoy a todos nos afecta.
Se debería cumplir la máxima que dispone sanción doble a la autoridad que conociendo a la perfección el ámbito del manifiesto legal, lo prostituyen, estableciendo actuaciones discordante al compromiso que les impone el ejercicio del cargo. Precisamente como todo se deja hacer, todo se deja pasar, la conducta de ellas, se ha violentado, siendo que casi es una normalidad que sean los primeras en caer en la trampa del vicio, el robo, la corrupción.
La situación se vuelve contraproducente por los cargos y responsabilidades que ostentan y llevan sobre su hombros. Verbigracia, el señor alcalde de Talara tiene las siguientes representaciones: Presidente del Gobierno Local, Presidente de la Mesa de Diálogo, Presidente de defensa Civil, Presidente de Seguridad Ciudadana. Sobre sus hombros pesa precisamente la puntual responsabilidad de combatir el delito convocando la paz entre todos los miembros del municipio .
Esta manera de formular la organización política, cívica, moral de una comunidad, nos lleva en apreciar la lógica de que quienes deben sentarse en el banquillo de acusados, son a delincuentes que infringen la ley ocasionando daño a la sociedad. Lo insólito es que siendo precisamente el PRESIDENTE DEL GOBIERNO LOCAL, quien señale y de ejemplo del mejor comportamiento ciudadano, sea el mismo, quien infrinja y pisotee el principio legal. Esta es la grave situación que como ironía se presenta en Talara.
La mencionada administración, mas bien se ha puesto a la cabeza del fraude, el dolo, ha dirigido con mucha habilidad el ejercicio de la coima, diestra para el peculado. Mientras su conducta se encontraba en esta carrera, la ciudad desfallecía por la acción de la delincuencia, la corrupción generalizada, el desfalco de las arcas municipales. La de Talara, que es una de las mas pudientes del país, coyunturalmente se encuentra secuestrada por la corrupción, corriendo el riesgo de la bancarrota y colapso total.
Allí se encuentra el meollo del mal de las sociedades. La autoridad es cabeza visible de la generación del delito y la corrupción. La autoridad y todo su séquito convertidos en millonarios en base a la apropiación ilícita, mientras los pueblos languidecen en sus necesidades básicas. Entonces, ¿con qué base o esperanza podemos aspirar en construir sociedades depositarias de un modus vivendi inspirado en valores, equilibrio, bienestar, igualdad, desarrollo?.
La justicia del Perú debe estar diseñada sobre la base de sentar ejemplo y derecho. La ley, debe aplicarse inexorablemente sin contemplaciones sobre todo cuando el delito proviene de una autoridad y el perjudicado es el Estado. Lo ocurrido en la Municipalidad de Talara, constituye un pèsimo precedente que debe sancionarse sin tolerancias. La ley se hace mas ejemplar cuando se aplica sentando jurisprudencia, cuando se busca y persigue anular la persistencia del delito.
Como el mandato constitucional con profunda reflexión dice "Que todos los ciudadanos peruanos somos iguales ante la ley", ello debe servir de riguroso criterio para sancionar. Por ejemplo, la justicia de Lima se viene aplicando a poderosos representantes de la política peruana, no se distingue ni se detiene frente al rango, el poder. Son los casos de los ex presidentes Fujimori, Toledo, García. A los jueces y fiscales de Talara, no debe temblar la mano, ni la balanza de la justicia debe pesar desproporcionada. A la hora de ventilar el daño causado al bien público nacional la justicia debe ser irrestricta.
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