miércoles, 6 de marzo de 2013

O P I N I Ó N

¡LA VIDA ES SUEÑO!

En el año 1972, durante los Juegos Olímpicos de Múnich, la organización terrorista palestina Setiembre Negro ingresó a la villa olímpica y asesinó a nueve atletas de Israel. Algunos terroristas fueron apresados y, en corto lapso, seguramente influenciados por charlas de psicólogos o conflictos de conciencia. Una mañana el grupo amaneció muerto dentro de las instalaciones del reclusorio, colgados de correas sujetas al techo que se anudaron al cuello antes de darle una patadita al respectivo banquito.


Pocos creyeron que estos “hijos de la guayaba” sufriesen una crisis de conciencia que los condujese al suicidio. Yo di gracias a Dios por que una justicia o injusticia, terrenal o divina, los llevase a los brazos de Alá, a gozar de los favores de las “huríes”. La gente cree que el gobierno alemán sintió el atentado inferido en su propia esencia y, herederos del carácter de Hitler, sin compartir la doctrina política, hicieron sentir su soberanía, renunciando al modelo democrático, a la separación de poderes, a los postulados de Montesquieu y a la civilización occidental.


Hace más de 20 años, en Sao Paulo, Brasil, apareció el Escuadrón de la Muerte. Eran policías convencidos de que la delincuencia adolescente que pululaba por las favelas robaba en los medios de transporte, tenían calles donde caían en grupo a los transeúntes y los despojaban hasta de los zapatos. Consumían drogas, eran analfabetos, se excedían en alcohol y sexo, y dormían en las plazas. Hubo policías que entendieron que no estaban en capacidad de rehabilitarse, que lo mejor era enviarlos a la diestra de Dios Padre. Cada mañana amanecían muertos entre diez y quince niños. Los que quedaron vivos tomaron nota de las nuevas reglas de juego y pidieron “chepa”.  El plomo fue más efectivo que cualquier conversatorio dirigido por Teresa de Calcuta. Las noticias cruzaron la frontera y la necesidad de lucir civilizados les hizo retroceder en ese experimento.


En 2006 reaparecieron. Cansados de robos, extorsiones, falsificaciones de documentos, secuestros, fraudes e intimidaciones, comenzaron a actuar e incluyeron a adultos dentro de las víctimas. El número de muertos se redujo, pero los escuadrones brotaron también en el sur de Guatemala. Son herederos espirituales del Einsatzgruppen, que pertenecía a la S.S.


En el Perú, los “gringashos” y sus congéneres aparecen todos los días. Me permito discrepar de las apreciaciones del señor presidente de la República, quien declaró que el exceso de publicidad mediática es el principal impulsor de los facinerosos. Me siento cohibido por mi formación abogadil, pero en sueños aparecen comandos de ejecución, son una suerte de poluciones nocturnas donde descargo mis inhibiciones y en estos sueños, que no son pesadillas, concluyo que la solución es un corte de machete en el desarrollo del país. Que se haga con los jóvenes delincuentes lo que el sueño dicte y después de dos años, cuando hayamos perdido un millón de habitantes, incluyendo el baño de napalm en la zona del VRAEM, estaremos en capacidad de establecer un proyecto que sea envidia de nuestro hemisferio.


Chiclayo es una linda ciudad donde, desgraciadamente, impera el delito. Precisamente una mujer llamada Marilyn Mosquera Shapiama falsificó en dicha provincia un documento privado de compraventa, sin constancia de entrega de dinero, y pretendió con ese burdo fraude haber comprado mi casa hace catorce años. Luego la vendió a Carlos Enrique Vásquez Zavala, a quien presumo su cómplice, ciertamente también en Chiclayo y por contrato privado, sin fe de entrega de dinero. Este individuo se presentó el sábado 15 de diciembre del año pasado y pretendió sorprender a la doméstica, reclamando condición de propietario, hasta que felizmente llegué yo con la policía y pusimos aparente orden. Contraté a un individuo premunido de una pistola calibre 38, pero ante la avalancha de delitos he preferido recién prescindir de sus servicios. En este artículo dejo constancia de lo sucedido y de lo que “potis contingere”.


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