sábado, 18 de junio de 2011

EDITORIAL…Ahora sí: Resarcimiento a trabajadores despedidos en ceses colectivos

A pesar que vivimos y nos desarrollamos en una Nación bajo un Estado de Derecho, muchas veces el contenido de aquel queda defraudado; la ley, la Constitución no se aplican, menos se respetan.  Es lo que los peruanos llamamos letra muerta. Son muchas las leyes que no se cumplen, se ignoran y se pisotean. Los organismos, poderes de  control llamados en mantenerlas vigentes, por obvias circunstancias, no prestan sus concursos para defenderla. Todo este estado de casos, va en detrimento de la aplicación de una auténtica institucionalidad de la Nación, con la consiguiente afección a la ciudadanía.

Ante nuestra afirmación podríamos mencionar muchas de esas leyes y pasajes de nuestra Carta Magna, que pasan piola, están desapercibidas, fueron promulgadas para colmar los buenos deseos.  Mencionaremos, únicamente a la referida a la primera empresa nacional, Petróleos del Perú. Hace más de cuatro años el Congreso de la República aprobó la Ley 28840, referida a su famosa "INTEGRACIÓN VERTICAL".   Mediante ese instrumento, se concedió toda las facultades a Perupetro, para que utilice todos los recursos a mérito que Petróleos del Perú, retome la administración de los lotes petroleros del noroeste, explore, explote, refine, comercialice, distribuya, etc.

Preguntemos desde entonces cuántos  lotes petroleros, reasumió Petroperú, la respuesta es ninguno. Petrotech, empresa norteamericana que defraudó al fisco, prefirió por su cuenta y gusto, trasladar su administración a su congénere SAVIA.  Petroperú, hasta ahora quedó defraudada.

El otro ejemplo, motivo del presente comentario, resulta ser la insultante ley de resarcimiento de los trabajadores de todo el país; despedidos en los famosos CESES COLECTIVOS.  Esta ley, se tradujo en toda una burla, una farsa cuando introdujeron la aplicación de las famosas listas, con soluciones distintas al derecho que perdieron los trabajadores.  Hasta este momento, gran cantidad de esos trabajadores siguen clamando, siguen sufriendo, otros murieron en la travesía cuando buscando justicia, acudieron hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en San José de Costa Rica. Y  NADA.

El trabajador peruano vivió desde entonces aferrado a que algún día amaneciera la luz de la justicia para ellos, y por eso propugnaban  un cambio; un cambio de sistema, de conciencia de la clase gobernante, un cambio de ánimo para que el Estado aprenda a honrar su compromiso con sus ciudadanos,  Incuestionablemente, que esa esperanza llegó el día 5 de junio con el acceso al Ejecutivo, de una propuesta NACIONALISTA.

Los trabajadores se esperanzan en poner fin a este descalabro social, si lo fomentó una dictadura que todos sabemos de quien se podría llegar a entender, pero que tres gobiernos en democracia, cimentaron la desdicha de los trabajadores, eso si fue una deshonra a la Constitucionalidad de la Nación peruana.
 (*) Ricaldi Ramírez Ruiz
DIRECTOR
Presidente ASPETA

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