miércoles, 24 de agosto de 2011

OPINIÓN… Focalizar la inclusión social

Escribe:
Javier Portocarrero M. (*)

En los setenta se hablaba de marginalidad social para referirse al campesinado andino. Se decía que estaba marginado del progreso por ser minifundista, analfabeto y quechua hablante. Su emigración de la sierra rural a las ciudades de la costa reprodujo la marginalidad en las barriadas. Luego, la moda intelectual fue el sector informal. Primero visto como un excedente de mano de obra que no se incorporaba a la modernidad, y después como emprendedores asfixiados por el papeleo burocrático y los costos de la legalidad.

Hoy la palabra es exclusión. Pero ¿todos la entendemos igual? ¿Qué dirá el futuro Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social? ¿A quiénes, en dónde y cómo dirigirá su ayuda? Si hablamos de informalidad laboral, nos referimos a un 80% de la población. Si acotamos la meta hacia la pobreza, la cifra baja al 30%; y en el caso de la pobreza extrema, el guarismo es 10%. Es el Perú profundo, indígena y rural.

Una meta razonable de abordar en el presente quinquenio gubernamental. Un 72% de esa población objetivo se concentra en la sierra; y pareciera que el programa Juntos es el que más llega allá. En 2010 gastó S/.613 millones, solo un 10% del total de programas sociales. Mientras tanto, el gasto en los programas vaso de leche y techo propio, que poco o nada llegan a los pobres extremos, sumó S/. 700 millones. El nuevo ministerio deberá examinar bien cómo expandir el gasto y cómo racionalizarlo.

(*) Consorcio de Investigación Económica y Social – CIES
DIRECTOR

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