lunes, 22 de agosto de 2011

INFORMACIÓN NACIONAL... El estilo castrense de Ollanta Humala

Lima, Ago. 22. A diferencia del locuaz Alan García y del contradictorio Alejandro Toledo, Ollanta Humala será un presidente con voz de mando, con una agenda descentralizada y viajera, y de calculada exposición mediática. El vocero habitual del gobierno no será Humala sino el premier Salomón Lerner, mientras que la imagen integral del Estado estará en manos de una gerencia de comunicaciones unificada.

La instalación del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana, el último jueves, marcó lo que será el estilo personal de gobernar del presidente Ollanta Humala: “Ministro de Transportes, me reordena la administración de las licencias de conducir”, “ministro del Interior, me reorganiza el ministerio y la Escuela de Policía”, “ministro de Justicia, necesitamos restablecer el orden en los penales”, “ministro de Economía, necesitamos fondos”... El presidente exigía a sus ministros con voz de mando, como si pasara revista militar entre los altos funcionarios que participaron en la reunión.

Las directivas no terminaron en sus ministros. Mirando al presidente del Poder Judicial, César San Martín, le pidió, en el tono de un oficial ante su tropa, que “no estén saliendo los delincuentes”; al sector privado le exigió “que se moje” con sus recursos para enfrentar la inseguridad ciudadana, y a la prensa le demandó que cumpla su labor de fiscalización y que le avise de “los actos de corrupción y desidia de las autoridades”. “Listo, muchas gracias, señores”, dijo y se retiró.

Un estilo de imperativos, seguro, muy común cuando Humala fue comandante en el Ejército, pero que hoy llama la atención tratándose de un presidente elegido democráticamente, y más aún cuando se dirige a autoridades que representan a poderes autónomos como el Poder Judicial y el Congreso.

Pero estas formas no son nuevas en el trato del mandatario. Después de la primera vuelta le escuchamos “ordenar” a sus simpatizantes “no desmovilizarse” hasta que terminen las elecciones. También ha demostrado su vocación de mando en la forma enérgica y expeditiva con la que conducía sus reuniones partidarias.
En opinión del periodista Pedro Salinas, el estilo castrense que está caracterizando al presidente tiene sus orígenes en su formación militar, e incluso en su formación familiar. “Ahora está en otras cosas; lo ha elegido para gobernar y no para hacerles la vida imposible a la prensa o a sus ministros”, apunta.

Prudente y silencioso

Otra característica que está dándole forma al estilo Humala es la reserva, el secretismo. Desde que asumió la presidencia, la instalación del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana ha sido motivo para su primera presentación pública en Palacio de Gobierno como jefe del Estado. Antes lo habíamos visto en su viaje a Ica para reimpulsar la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto del 2007 y luego en Arequipa. De todas estas presentaciones, sólo dio declaraciones en Ica.

Donde sí se le ha visto con mayor locuacidad es en su cuenta de Twitter. De hecho ha sido, en estas tres semanas de gestión, la principal fuente de información de los periodistas y además le ha permitido a él fijar los temas de la agenda política. A través de sus tweets, ha fijado posición frente a la seguridad ciudadana, ha ratificado su compromiso por la inclusión y ha prometido llegar a todos los rincones del país. Esta reducida exposición mediática será una constante en su estilo de gobierno. Funcionarios de Palacio de Gobierno argumentan que no hay “necesidad de una sobreexposición del mandatario” porque será el presidente del Consejo de Ministros, Salomón Lerner, quien lleve la voz del Ejecutivo para informar sobre las acciones y la posición del gobierno.

El presidente, aseguraron los funcionarios, hablará cuando lo considere. “Por el momento está ubicándose en sus espacios y tareas; en la medida que el Ejecutivo aumente el ritmo y se lancen los programas emblemáticos habrá más cosas que decir y habrá una comunicación más fluida con la prensa”, señalan.
Más adelante, incluso, se piensa generar “un espacio estable” de relación con la prensa, “diferente al estilo invasivo” con que los periodistas suelen abordar a los funcionarios públicos. “Vamos a tener una relación con la prensa que al mismo tiempo busque construir una agenda propia”, han dicho.

Para el periodista Pedro Salinas este carácter “reservado e inhibido” del mandatario es entendible considerando que  recién está inaugurando cargo. Por un lado, lo ayuda a reforzar la imagen de “más acción y pocas palabras” que le interesa mostrar, pero también le permite mantenerse prudente mientras va ganando versatilidad en su manejo del Estado.

“No está mal en la medida que las cosas del gobierno fluyan de manera transparente. Lo que me preocupa es la opacidad, la poca transparencia a la que pueda prestarse un estilo discreto, pero no hay señales  ahora de que eso está ocurriendo”, opina Salinas.

A pesar de las fricciones que Humala ha tenido con la prensa, especialmente en la campaña, Salinas advierte que el presidente tampoco va a acomodarlos a su agenda. “Es verdad que a veces hay preguntas de la prensa que son más para el rubro de farándula, pero eso es parte de la libertad de expresión y tiene que aprender a ser tolerante”, dice.

Ese perfil bajo, en un país presidencialista, sin embargo, podría generar una percepción de falta de liderazgo, en opinión del sociólogo Santiago Alfaro. El punto medio, afirma, es buscar un equilibrio entre la sobreexposición y la necesidad de trasmitir liderazgo.

“Hay un intento de ser prudente; vemos que actúa a la defensiva, evitando cometer errores y manteniéndose al margen de los problemas, sin embargo,  eso no puede ser pretexto para: 1. Esconder información que es pública y 2. Incrementar la sensación de una falta de liderazgo político”, observa.

En el caso del presidente Humala, su silencio no ha evitado que responda a los cuestionamientos frente a las designaciones de sus funcionarios públicos y el escandaloso viaje de su hermano Alexis Humala a Rusia. Lo que que sí ha logrado es retrasar por varios días un pronunciamiento sobre el cual la prensa tiene derecho a preguntar.

¿Y la transparencia?

De lo que se  ha visto en el manejo de la agenda presidencial, hay señales que no apuntan hacia la claridad. La agenda del presidente que se publica en web oficial de la Presidencia informa sobre sus actividades desde el 10 de agosto del 2011 pero no permite tener una idea clara de con quiénes se reúne la primera autoridad del Estado.

Hasta el jueves, sólo se habían hecho públicas las tres reuniones del mandatario con el presidente del Consejo de Ministros, sus viajes a Pisco y Arequipa y su reunión con el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana. No todas ellas, sin embargo, fueron sus actividades en estas tres semanas que tiene de presidente. Se ha reunido también con presidentes regionales y  alcaldes que no figuran en su agenda.

Las otras actividades que cumplió se consignan como “sólo actividades privadas”, lo que no permite siquiera saber el nombre de las personas a las que ha recibido el mandatario.

Imagen del Estado

En Palacio de Gobierno explicaron que hay aspectos de la agenda del presidente que van a ir mejorando en la medida que se termine de diseñar una política de comunicación que maneje la imagen de todo el Estado en su conjunto, incluyendo Palacio de Gobierno. Sería una Dirección de Comunicaciones del Estado que recaería en la periodista Blanca Rosales, quien fue jefa de Prensa de Gana Perú durante la campaña y vocera del candidato en algunos momentos. 

La idea de esa gerencia, explican los funcionarios de Palacio de Gobierno, es construir una coherencia y un trabajo conjunto entre todos los sectores del Estado, en función a una agenda básica.

En esa línea, afirman, estuvo el oficio enviado por el presidente del Consejo de Ministros, Salomón Lerner, a los miembros de su gabinete para que se ciñan a sus acciones sectoriales. “No hay que olvidar que el gabinete es plural; hay muchos ministros que tiene trayectorias diferentes y es necesario construir una visión conjunta”, precisan.

“No hay familiares”

La designación de José Pérez Guadalupe como nuevo jefe del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) va acompañada de un encargo puntual del  presidente Ollanta Humala: “No hay familiares ni amigos” en el intento de recuperar el orden en los penales. Un mensaje que  Pérez Guadalupe debe tomar como respaldo en las acciones que tome pues en las últimas semanas Antauro Humala vulneró las medidas de seguridad del penal de Piedras Gordas. El nuevo titular del INPE  tiene formación en Ciencias Políticas y Penitenciarias y desde hace 25 años visita las cárceles en labor pastoral. (Flor Huilca)

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